El pasado mes de febrero una información anónima llegaba al Grupo I de Estupefacientes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón sobre la existencia de un supermercado de la cocaína en un piso del zaragozano barrio Jesús. Estaba en lo cierto y después de cinco meses, con un cambio de dirección de la casa para confundir a los agentes, dos hombres de origen dominicano fueron detenidos por tráfico de drogas. Fueron cazados con las manos en la masa, ya que venían con un kilo de cocaína pura que habían adquirido en Madrid.

Las diligencias, que fueron declaradas secretas, se iniciaron con la identificación de uno de ellos D. S. M., mientras que desconocían la verdadera identidad de A. X. O. P. puesto que solo sabían su apodo. La gran pista fue que los agentes supieron desde el primer momento que el punto de venta de droga se situaba en la calle Valimaña, en el número 6. Ante ello comenzaron a realizar una serie de vigilancias que apuntaban a que en el interior del mismo se estaba produciendo la actividad delictiva que estaban investigando.

Destacan los agentes en el atestado al que tuvo acceso EL PERIÓDICO, que el comportamiento de los compradores era siempre similar. Llegaban en su coche, se paraban unos metros antes y tras realizar varias miradas a ambos lados de la calle, se subían al domicilio. A varios de ellos les intervinieron cantidades muy diferentes desde los 1,5 gramos hasta los 7 gramos a uno de compradores.

De repente, a comienzos del mes de marzo desaparecieron del piso, teniendo la Policía Nacional que volver al punto de partida y tratar de dar con el paradero de ambos. Menos de un mes tardaron en localizarles en un piso que habían alquilado en el camino del Pilón número 129, en el barrio de Miralbueno. Volvieron a montar un dispositivo de vigilancia no solo ahí, sino con respecto a los sospechosos, llegando incluso a seguir sus pasos en establecimientos hosteleros de la capital aragonesa donde no es la primera vez que Estupefacientes sorprende a personas que se dedican al tráfico de drogas.

En otro de los dispositivos de vigilancia, los agentes vieron cómo se trasladaron a un taller de automóviles en La Cartuja, donde sospechan que allí mandaron hacer una caleta, es decir, un hueco para ocultar la droga en un transporte. También observaron que los vehículos que empleaban tenían cambiadas las matrículas.

Había suficientes indicios para detenerles, pero el Grupo I de Estupefacientes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón sabía que iba a comprar cocaína a Madrid, poniendo en marcha un operativo especial, siendo detenido D. S. M. a la llegada a Zaragoza. En una caleta en el cuentakilómetros hallaron 1 kilo de cocaína pura.

Esto conllevó una entrada y registro, previo permiso judicial, en tres domicilios, entre ellos, en el piso en el que vendían supuestamente la cocaína. En estos hallaron otro medio kilo de coca, sustancia para cortarla y 3.570 euros en efectivo, entre los que destacan 148 billetes de 5 euros.

Los dos, defendidos por los abogados Roberto Soria y Carmen Sánchez Herrero, fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 9 de Zaragoza que, en funciones de guardia, acordó la prisión provisional para D. S. M. y A. X. O. P., por un delito de tráfico de drogas.