La venganza por el tiroteo con tres heridos en la barriada de las ‘Casitas Rosas’ de la Malva-rosa de Valencia, ocurrido en la madrugada del 1 de diciembre de 2018, se ha saldado con penas mínimas de dos años de prisión por un delito continuado de daños por incendio para cada uno de los cuatro acusados. Inicialmente éstos se enfrentaban a penas que ascendían a los 27 años y medio de cárcel, según la petición del Ministerio Fiscal, por cuatro delitos de incendio —dos de ellos en grado de tentativa y uno con riesgo para la vida de las personas— después de rociar con gasolina las entradas de las viviendas donde creían que vivían miembros del clan familiar presuntamente implicado en el tiroteo.

Los propios acusados reconocieron en el juicio, celebrado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia, que acudieron esa madrugada a dos de las viviendas, situadas en la calle Entrada de Pedrós y en la calle Don Vicente Gallart Arcipreste de València, con la intención de quemar las casas del clan rival tras el tiroteo para que no pudieran volver a ellas, como ordena su ley gitana, según aclararon, pero siempre y cuando estuvieran vacías. Así, esgrimieron que cuando se percataron de que en una de ellas había gente dentro, desistieron voluntariamente de su acción.

La Fiscalía acogió la tesis de las defensas en este sentido, ejercidas por los letrados Niceto Blanco, Jorge Abadia y Andrés Zapata, y apreció que hubo un desistimiento voluntario por parte de los acusados, de ahí que el Tribunal no pueda aplicar una calificación más grave "acorde a la realidad de lo ocurrido, en cuanto a la existencia de un riesgo potencial para la vida e integridad de las personas", aclara el fallo.

Eso sí, respecto de los otros dos incendios cuya autoría sí negaban los acusados, la Sala es clara y argumenta que "no es posible sustentar de forma racional la ejecución de hechos análogos, en lugares próximos y en las mismas franjas horarias, para cumplir con la finalidad de vengar unos mismos hechos, por personas distintas", de ahí que se les condene por un delito continuado de daños.

Todo se inició por una pelea en una discoteca de Massanassa entre miembros de dos clanes, ‘los Moreno’ y ‘los Huevos’. Tras este incidente, tres hermanos de esta última familia acudieron a la zona de ‘Casitas Rosas’ de Valencia y dispararon contra uno de los ahora condenados y su familia, hiriendo a tres de ellos. Hechos que serán juzgados en una causa separada y por los que se enfrentan a penas de 16 años y medio de prisión por dos delitos de tentativa de homicidio, tenencia ilícita de armas y lesiones leves.

"Acordaron vengarse"

La sentencia considera probado que los cuatro acusados —el marido de la mujer herida de bala en el tiroteo, su hijo, un cuñado y un amigo— acudieron al Hospital Clínico de Valencia sobre las cuatro de la madrugada y allí acordaron "vengarse por el tiroteo". Así, sobre las cinco de la madrugada acudieron en un vehículo Volkswagen Golf a la calle Don Vicente Gallart Arcipreste, donde tenían conocimiento que vivía uno de los presuntos autores de los disparos, miembro del conocido como clan de ‘los Huevos’.

Una vez en el rellano vertieron gasolina en el felpudo y en la puerta, prendiéndole fuego. En ese momento no había nadie en la casa. Con idéntico ánimo de venganza se desplazaron a la calle Entrada Pedrós. En este caso se equivocaron de vivienda y rociaron con el acelerante la casa de una familia de origen rumano que nada tenía que ver. Al comprobar que había gente dentro y que no eran las personas a las que buscaban se marcharon sin pegarle fuego. Lo mismo ocurrió en una tercera casa, con otra familia ajena a las disputas, donde desistieron, y en una cuarta, en la que no había moradores en el interior, y donde solo causaron daños materiales.