El truco definitivo para congelar el marisco de cara a la comida de Navidad: no perderá sabor

Muchas familias hacen uso del congelador para conservar los manjares navideños, pero esta práctica no siempre sale bien

Los langostinos son uno de los alimentos estrella de la Navidad.

Los langostinos son uno de los alimentos estrella de la Navidad. / Pixabay

Si algo caracteriza la época navideña son las comidas en familia. En estos días, miles de hogares hacen un sobresfuerzo para llevar a sus mesas sabrosos y variados manjares de toda clase. Especialmente para los días de Nochebuena, Navidad y la esperada Nochevieja. En estas fechas, el marisco es sin duda el producto protagonista.

Pero las obligaciones de la rutina menudo obligan a adelantar los preparativos navideños, cocinar los alimentos con días de antelación y recurrir al socorrido congelador. Un electrodoméstico que puede facilitarnos las labores culinarias estos días pero que debemos utilizar correctamente.

Congelar el marisco es todo un arte. Mantener la frescura y el sabor del producto hasta la fecha esperada (véase, la comida de Navidad) resulta un desafío pra muchas familias. Por ello, desvelamos todas las claves para disfrutar cada bocado de este manjar, incluso habiéndolo congelado.

Así es como debes congelar el marisco

En primer lugar, compra el marisco cuando esté de oferta. Evidentemente, el marisco fresco es mucho mejor al congelado, pero si lo congelas en casa, conservarás la mayoría de sus propiedades nutritivas.

En el caso de las gambas, los langostinos o las cigalas, no necesitas cocerlas antes de congelarlas. Tan solo debes limpiarlas antes de colocarlas en el congelador.

El percebe es un producto tan costoso que merece la pena conservarlo con cuidado.

El percebe es un producto tan costoso que merece la pena conservarlo con cuidado. / Pixabay

Si compras percebes u ostras, no es marisco que se congele bien, por lo que debes comprarlos frescos y no congelarlos. Es decir, es marisco y tendrás que gastarte el dinero que sea necesario.

Finalmente, los centollos, bogavantes, nécoras y bueyes de mar se compran vivos, por lo que debes cocinarlos siempre antes de congelarlos. Además, te durarán como si fuese el primer día y tus invitados no notarán la diferencia.