Sin rastro de hielo. La ola de calor que azotó la pasada semana a todo el mapa peninsular ha provocado que el glaciar del Aneto se derrita casi al completo. Solamente la cumbre del pico logra mantener su habitual estampa blanca que obliga diariamente a los montañeros a pisar obligatoriamente hielo o nieve. Sin esta manta blanca, se puede divisar una ladera llena de grandes rocas sueltas a causa de las habituales grandes masas de hielo que actúan como grandes excavadoras.

Con sus 90 hectáreas de superficie y 50 metros de espesor máximo, el glaciar del Aneto es la masa de hielo de mayor extensión de los Pirineos, formando parte del conjunto de glaciares protegidos bajo la figura de Monumento Natural de los Glaciares Pirenaicos.