Un hombre de 60 años se ha enfrentado esta mañana en la Audiencia de Zaragoza a penas entre cuatro y cinco años de cárcel por supuestos abusos sexuales en la persona de su hija adolescente en el curso de los últimos años. El acusado ha manifestado que "todo eran juegos sin ánimo libidinoso" y que él "sería incapaz" de abusar sexualmente de su hija "y de cualquier otro niño".

"Me daba palmadas en el culo y a veces lo manoseaba", ha dicho la denunciante, que ahora tiene 17 años, desde detrás de un biombo. Ha afirmado que ella tiene miedo a la oscuridad y que por eso dormía con su padre, que está separado.

"Me decía abrázame y me cogía del brazo y se lo acercaba a sus partes", ha añadido la adolescente. "También me dijo que cuando tuviera novio le gustaría oírme gemir", ha continuado. También denunció que le dio un beso en el cuello.

"Quiero muchísimo a mi padre"

"Dormimos juntos a petición de ella hasta que tuvo 14 años", ha explicado el progenitor. En cuanto a las "palmadas y cachetes" en las nalgas ha señalado que "era un acto absolutamente inocente". "Nunca le puse la mano en sus partes", ha agregado, y ha dicho que acabó llevando a su hija al psiquiatra ante los problemas que esta presentaba y que esa visita se volvió contra él.

"¿Cómo no me voy a abrazar a mi hija¿ ¿Cómo voy a pensar que mi hija va a pensar algo raro de todo eso?", se ha preguntado el acusado. Su abogado, Diego Crespo, ha pedido su absolución argumentando que si bien algunos de los actos del acusado "pueden resultar inapropiados, sin embargo no presentan carácter delictivo al no haber dolo ni existir ánimo libidinoso".

Tendencia a sobrerreaccionar

La madre de la menor ha atestiguado que su hija le dijo que su padre le tocaba el culo y trataba de besarla en la boca.

En un audio aportado por la defensa, enviado por la menor a su padres, esta dice quererlo "muchísimo" y le reprocha que le toque las nalgas y que mantenga conversaciones sobre sexo con otro adulto sin tener en cuenta que ella está presente.

La psiquiatra que atiende a la menor ha revelado que ella le contaba los "tocamientos" de su padre y que sufre "estrés traumático prolongado en el tiempo".

Trastorno de la personalidad

Las psicólogas que atendieron a la menor la han descrito como una adolescente "con una personalidad de tipo neurótico", "sensible al asco" y "con tendencia a sobrerreaccionar". Asimismo han subrayado que ella les relató que dormía con su padre hasta los 12 años y que "sentía su zona sexual".

Pero las psicólogas han mostrado su "extrañeza" por el hecho de que "no hubiera otro tipo de acción" susceptible de considerarse una circunstancia propia de las situaciones de abusos sexuales. Asimismo han calificado a la adolescente de persona "muy desconfiada, rígida e inflexible", con un miedo exacerbado y con tendencia a sufrir trastornos de la personalidad.

La profesora de instituto a la que la menor comentó su problema la ha definido como una buena estudiante que "se descomponía cuando veía a su padre".