El covid todavía no es historia y impacto en las cuentas públicas es todavía evidente. Pero seguramente no habrá un año tan malo como 2020. La comisión de Hacienda del Ayuntamiento de Zaragoza ha aprobado las cuentas del pasado ejercicio, en las que queda constancia del grado de ejecución presupuestaria. Así, el equipo de Gobierno de PP y Cs gastó el 93,75% de lo que había previsto, lo que supone que dejaron sin emplear más de 53 millones de euros, dado que el presupuesto final fue de 856.394.355 euros (frente a los 801 millones proyectados inicialmente).

Para la responsable de Hacienda, este porcentaje, resulta más que aceptable teniendo en cuenta los problemas que tuvieron las diferentes áreas para ejecutar sus partidas asignadas debido al parón administrativo que provocó la pandemia. Navarro también ha agradecido la labor de los funcionarios, un reconocimiento al que se sumaron todos los grupos, aunque para la izquierda, esos 53 millones de euros dan cuenta de la inacción del equipo de Gobierno municipal.

«Votamos a favor de las cuentas porque son el resultado de un trabajo de los técnicos municipales y son datos que reflejan la realidad. Pero discrepamos con la gestión de la concejala y eso también es lícito porque no estar de acuerdo es legítimo. Las cuentas son el resultado de sus decisiones políticas», ha criticado la concejala del PSOE, Ros Cihuelo, que ha insistido en que PP y Cs destinaron los 40 millones del remanente de 2019 en pagar deudas en vez de invertir en la ciudad.

Lo mismo han dicho desde ZeC y Podemos después de que Navarro afirmara que Zaragoza había conseguido reducir su deuda. «Presume cuando el resto de administraciones se han endeudado para ayudar a los ciudadanos. Sacan pecho de haber ejecutado solo el 93% del presupuesto cuando había necesidades de personal y de inversión», ha lamentado Alberto Cubero (ZeC).

Por su parte, el portavoz morado, Fernando Rivarés, ha afirmado que se habían planteado votar en contra de las cuentas, pero que no lo hicieron por respeto a los técnicos.

En el capítulo de ingresos, el consistorio recibió un 86,27% de lo previsto, lo que supone una merma de casi de 120 millones de euros. La cuenta general aprobada también deja constancia del remanente negativo del año pasado, que fue de menos 10 millones de euros.