Numerosos vecinos de Villafranca de Ebro, una localidad de un millar de habitantes a unos 30 kilómetros de Zaragoza, han sufrido desde el pasado 15 de septiembre graves problemas intestinales, con vómitos y diarrea, que se atribuyen a la posibilidad de que el agua de consumo esté contaminada por un fallo o problema en la depuradora.

Ante esta situación, que ha supuesto incluso el ingreso en hospitales de varias personas mayores, se han dictado varios bandos municipales instando a la población a no beber agua de la red general ni a utilizarla para cocinar. Se calcula que unas 30 personas presentan problemas de salud por el consumo de agua sucia, desde vómitos y fiebre a diarrea.

Los bomberos de la Diputación de Zaragoza se encuentran desde ayer en la localidad realizando labores de abastecimiento de agua. Se suministró agua directamente desde dos camiones y se instalaron 11 depósitos en diferentes calles y plazas de la localidad de entre 750 y 1.000 litros que se van a ir rellenando mientras dure el problema.

Se trata de agua tratada pero no potable, es decir, que se puede usar para lavar, asearse, etc, pero no se recomienda para beber. Desde esta mañana, un camión de bomberos de la institución provincial cargado con 12.000 litros está rellenando ya esos depósitos.

«Al parecer se dejaron dos llaves abiertas en la depuradora y el agua residual ha revocado hacia la red general», manifestó ayer Volga Ramírez, alcaldesa de Villafranca, que agradeció la «inmediata asistencia» recibida de parte de la Diputación de Zaragoza, «tanto de sus técnicos como de los bomberos».

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Suministro de agua potable a los vecinos de Villafranca de Ebro Ángel de Castro

Ramírez destacó que la directora general del Instituto Aragonés del Agua, Dolores Fornals, se desplazó a Villafranca al tener conocimiento del problema y que la entidad ya ha realizado una serie de análisis, desde el pasado jueves, que han permitido determinar el origen del problema.

 Críticas al consistorio

«El agua está contaminada y numerosas personas han caído enfermas con síntomas de gastroenteritis», señaló ayer José _Antonio Moreno, vecino de la localidad y que fue en tiempos alcalde de la misma. Denunció que las actuales autoridades «no muestran los análisis del agua que se han hecho últimamente».

El brote de gastroenteritis empezó el pasado 15 de septiembre «primero por la calle Ramón y Cajal», afirmó Moreno, que hizo hincapié en «la gran preocupación» que sienten los vecinos ante una situación que «no se había vivido nunca hasta ahora».

En su opinión, «el ayuntamiento ha tardado en reaccionar y tomar medidas, pese a que en cuanto se produjeron los primeros casos de personas enfermas con vómitos y diarrea ya avisamos de que había que hacer algo rápidamente».

La depuradora, construida a finales de la pasada década, pertenece a la red que ha abierto la DGA por todo Aragón y está gestionada por una empresa privada.

El Ayuntamiento de Villafranca difunde en su página web noticias referentes al estado del agua y advierte a los vecinos que está prohibido asimismo utilizar el agua para la preparación de comida y para la higiene personal y la limpieza de las casas.

De hecho, a la espera de una solución, la llegada de las cisternas de la DPZ va a permitir aliviar la situación general, mientras se hace seguimiento del estado de las personas que han caído enfermas. «Se dan casos de pérdida de peso y de deshidratación», indicó José Antonio Moreno, que calificó la situación de «muy preocupante».