El cese de Mario Garcés obliga a Luisa Fernanda Rudi a afrontar su primera crisis de gobierno cuando su gabinete aun no ha cumplido seis meses y con dos de sus nueve consejerías vacantes, una situación que en una semana --o en horas-- puede extenderse a otra.

La presidenta de la DGA se enfrenta al reto de relevar al responsable del departamento más potente --Garcés-- al mismo tiempo que su número dos y portavoz --el consejero de Presidencia, Roberto Bermúdez de Castro-- se ve obligado a compaginar sus competencias con las de Agricultura y Medio Ambiente por la larga baja por enfermedad del dueño de esta cartera, Federico García López.

DELEGACIÓN Y PAR Hay otros dos movimientos pendientes --o no-- sobre el tablero del Consejo de Gobierno. Los mentideros políticos apuntan a dos de sus miembros --Modesto Lobón, de Ciencia y Tecnología, y Antonio Suárez, de Política Territorial-- como los futuros delegados del gobierno que Cristóbal Montoro designará hoy o el próximo jueves. Y queda la incógnita de si PP y PAR, aprovechando la coyuntura, formalizarán su alianza con la entrada de algún miembro de los aragonesistas en el gabinete autonómico.

Fuentes parlamentarias dibujan un escenario de cambios estructurales en el Ejecutivo si un consejero pasa a ser delegado y un aragonesista entra en el Gobierno. Uno de los que más se repiten en las quinielas apunta a que Economía --Paco Bono-- perdería Comercio, Industria y Turismo --nacería un nuevo departamento-- para asumir Innovación o Política Territorial. Otro, a la fusión de Economía y Hacienda. Siempre con las materias desgajadas, que irían a manos del PAR.

¿Quienes serían los consejeros? Eso solo lo sabe, y quizás todavía ni siquiera ella, Luisa Fernanda Rudi.