Después del empate ante el Granada y el décimo partido consecutivo sin ganar, el Real Zaragoza se mantiene en la misma postura. Fuentes de la entidad aseguraron al término del encuentro que "el club mantiene la tranquilidad" con el técnico a pesar de no haber ganado en el 2013 y la preocupante situación. Así que, salvo que Agapito Iglesias tome una determinación en sentido contrario, porque hay que recordar que todo lo continúa decidiendo él, Jiménez seguirá en el cargo.

Ayer, el preparador apostó por un planteamiento más ofensivo. Sin embargo, terminó con otro cero más en la cuenta goleadora del Zaragoza. "No ha sido un partido en el que nos hayamos merecido la victoria de manera clara. Hay jugadores que a estas alturas les ha pasado factura la responsabilidad. Excepto a balón parado, donde han tenido opciones, el Granada no ha llegado mucho, mientras que nosotros hemos buscado la victoria, aunque nos ha faltado llegada. El partido no ha sido bueno".

El técnico admitió cierta precipitación y falta de calma en la elaboración, lo que achacó a la ausencia de su hombre más importante en esas labores. "He echado mucho de menos a Apoño. Con él hubiéramos ganado este partido. Ni Movilla ni Babovic son mediocentros organizadores. Stefan es extremo derecha. Y mediocentros organizadores son Romaric o Apoño, Movilla no", dijo. Jiménez también tradujo los males de su equipo en la ausencia de buenas transiciones defensa-ataque, aunque "no ha sido porque Movilla no haya estado acertado", dijo.

A su vez, el técnico admitió que la delicada plaza del equipo en Liga y la imperiosa necesidad de ganar ayer atenazaron en cierto modo a los jugadores. "Creo que el partido ha sido trabado, con muchas dudas y miedos y ante eso poco se puede hacer. Hemos tratado de sacar a quienes más experiencia y arrojo tienen".

MEJORÍA DE ACTITUD Jiménez no se mostró satisfecho, como ningún zaragocista pudo hacerlo ayer, con el resultado obtenido, pero sí lo hizo con la cara que ofreció el equipo, lejos de la desmejorada versión que había naufragado en Getafe una semana antes. Aunque precipitado en muchas fases del partido, el Zaragoza nunca le perdió la cara al encuentro y aunque llegara el desacierto, la entrega no bajó en intensidad. "La actitud del equipo me ha gustado. Lo que ha faltado ha sido más tranquilidad cuando teníamos el balón", dijo.

A la vuelta de la esquina el equipo vislumbra las turbulencias que le esperan en los próximos partidos con una visita al Sánchez Pizjuán. En casa, los dos próximos rivales serán Real Madrid y Barcelona. Ante eso, "claro que estamos preparados. Todos nuestros rivales tienen que pasar por lo mismo", argumentó.