Los alcaldes de Sesué, Tomás Arcas, y de Villanueva, Miguel Ángel Plaza, coincidieron ayer en denunciar el deterioro que presenta el cauce del río Ésera en el tramo alto de la cuenca y en reclamar medidas para evitar los daños que esa situación provoca en casos de crecida. "Que nos dejen a los ayuntamientos entrar en los cauces y cortar algunos chopos. Con eso habríamos evitado una buena parte de los destrozos", indicó Plaza. Arcas indicó que Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) pone trabas administrativas para la extracción de gravas, lo que ha provocado grandes acumulaciones de este material en su municipio. Los arrastres de áridos son especialmente notables en ríos pirenaicos de carácter prácticamente torrencial como es el Ésera en su curso alto, en la zona en la que se han concentrado los daños de la crecida.