Hemos llegado a un acuerdo. Esa es la noticia". Así comenzó ayer el Gobierno de Zaragoza su intervención, en boca de su vicealcalde, Fernando Gimeno, para anunciar que el conflicto del autobús había llegado a su fin. Al menos en los despachos y entre el ayuntamiento y la empresa que gestiona el servicio. Porque el golpe de efecto que necesitaba llegó en la reunión que mantuvo con el consejero delegado del Grupo Avanza (ahora en manos del mexicano ADO), Jesús López Torralba, con el que firmó la paz a través de un documento en el que se comprometía a recolocar a los 125 despedidos forzosos en un plazo máximo de dos años. Una propuesta idéntica a la de hace dos meses, que esta vez fue aceptada. ¿Por qué ahora sí? Esa es la parte que nadie supo aclarar.

Gimeno y Dueso resaltaron que llegados a este acuerdo, que es "perfectamente posible cumplir", ahora "tiene que finalizar ya un conflicto que está en la calle y que no tiene ningún sentido". Por eso, la responsable municipal de Movilidad instó al comité de empresa a "desconvocar la huelga de forma inmediata". "No se puede seguir molestando a los ciudadanos, no hay razón objetiva para seguir haciéndolo", añadió. Sin embargo, los paros siguieron ayer y se mantendrán hoy, mañana y hasta la próxima semana si antes no se presenta "por escrito" un documento firmado por la empresa en la que expliquen los términos del acuerdo y el calendario y criterios con los que se realizarán las recolocaciones.

30 PERSONAS EN ENERO

De momento, ayer el Gobierno solo pudo avanzar que "en enero entrarán 30", con la puesta en servicio de los 500.000 kilómetros adicionales que se mantienen en el acuerdo para aplicarlos a partir del primer día del 2014, y el resto se incorporarán "en función de cuando se produzcan las jubilaciones". El orden de entrada lo deberán decidir, dijo, la dirección y los trabajadores en una negociación de la que el consistorio ya se aparta. Consideró que su trabajo, el más dificil, era el "objetivo" de arrancarle el compromiso a Avanza y eso ya se ha logrado.

Pero quizá ese cambio de rumbo de la empresa se puede explicar mejor en la segunda parte del acuerdo alcanzado ayer con Avanza. Se trata de "establecer las bases para resolver, a lo largo de los próximos dos o tres meses, los aspectos relacionados con temas económicos y jurídicos que son actualmente objeto de diferencias entre la empresa y el ayuntamiento".

Así se resume el objetivo de una comisión técnica entre el consistorio y la concesionaria en la que dar solución a la deuda, a la liquidación de la anterior contrata con TUZSA, a la supuesta ocultación de datos con la operación de refinanciación de Avanza poniendo esa deuda y los cobros por la concesión como garantía, los presuntos datos erróneos del Registro de Bienes Muebles o los dos requerimientos judiciales para cobrar las revisiones de precios y las certificaciones impagadas. Según Gimeno, ni siquiera abordaron esas cuestiones porque "no hemos entrado en lo concreto". Se quedan con lo positivo de abrir una "vía de diálogo" con la empresa y el compromiso de buscar soluciones a sus "discrepancias".

POR FIN COBRARÁ

Al menos dio la cara. La empresa solo suscribió las palabras del ayuntamiento y no quiso hacer más valoración que el contenido de ese documento. Lo ratificó en todos sus términos enviando un comunicado idéntico al del consistorio.

Sin embargo, dos horas de reunión y un acuerdo tan positivo para la ciudad, ya que en principio iba a conducir al final de los paros parciales en el servicio, dejaron más sombras que claros. Porque ni Gimeno ni Dueso explicaron qué había hecho cambiar a la empresa. Y esta ni se pronunció. Quizá fuera cierto lo que decía al final la responsable de Servicios Públicos sobre que "hoy es un día de celebración. Alégrense" --respondió a los medios de comunicación ante la insistencia con esta cuestión--, pero después de 53 días de huelga, múltiples desencuentros y frentes abiertos entre ambas partes, se esperaba una razón más convincente. No zanjarlo todo diciendo que ahora podrán trabajar en solucionar sus discrepancias "con la serenidad de saber que los despedidos se van a recolocar". "El objetivo no es echar a la empresa, sino prestar un buen servicio", apostilló el vicealcalde. Aunque el mismo hablara de anular la adjudicación el día anterior.

Incluso parecía más verosímil el argumento de que por fin va a empezar a percibir la empresa los impagos acumulados. "Le aseguro que sí va a empezar a cobrar", aseveró Gimeno y "a lo mejor de las dos contratas", lo que se le adeuda a TUZSA y a Autobuses Urbanos de Zaragoza. Aunque también afirmó que este compromiso estuviera vinculado al acuerdo alcanzado ayer con Avanza. "No incluye un pago inmediato, pero cae de cajón", indicó el también responsable del área de Economía y Hacienda, una vez que se ha desbloqueado el principal "impedimento" para las negociaciones. La empresa asegura no haber percibido nada de las certificaciones emitidas desde noviembre del 2012.

Así daban por zanjada la polémica en el ayuntamiento, anunciando su retirada de un conflicto que ahora deben enterrar la dirección y el comité de empresa. A la espera de que Zaragoza y los usuarios del bus puedan recuperar una normalidad que no está claro que vuelva pronto.