Los sindicatos de la planta de Opel en Figueruelas dieron ayer un golpe de timón en la negociación del convenio colectivo. UGT, CCOO, CGT, OSTA y Acumagme decidieron suspender la reunión que iban a mantener con la dirección de la multinacional y reclamaron a PSA garantías de futuro y un compromiso «serio» con la factoría de Zaragoza para acometer la reducción de gastos que ha puesto sobre la mesa el grupo automovilístico francés.

Además, la parte social anunció que convocará a sus afiliados a distintas asambleas que se celebrarán el próximo sábado con el objetivo de analizar la situación actual y trabajar en la búsqueda de una propuesta de contención de gastos que permita avanzar en la negociación del convenio colectivo.

La no reunión de ayer se interpreta, por tanto, más como un periodo de reflexión y de trabajo interno de los sindicatos que como un bloqueo del diálogo. No obstante, las cinco organizaciones que conforman el comité de empresa de Opel España tienen claro que para negociar sacrificios en Figueruelas es necesario que el grupo PSA ofrezca muestras de que confía en la factoría aragonesa.

«Cualquier acuerdo va a estar condicionado a que PSA presente un plan industrial que permita llenar de producto las dos líneas de la planta en sus tres turnos de trabajo», apuntó ayer el secretario de la sección sindical de UGT en Figueruelas, José Carlos Jimeno. En otras palabras, los sindicatos exigen a PSA que Opel España alcance la plena capacidad productiva, lo que supone fabricar unos 480.000 vehículos al año, es decir, 100.000 más que la cifra con que cerró el 2017.

CONTRAPARTIDA

En este escenario, la parte social se plantearía realizar sacrificios y asumir la contención de gastos en la factoría aragonesa, pero lo complicado ahora es encontrar la fórmula que convenza a las dos partes. El primer paso para ello serán la asambleas que el sábado celebrarán UGT, CCOO y CGT. Dos días después, el lunes, está previsto que los sindicatos mantengan un encuentro para tratar de consensuar una propuesta unitaria de los representantes de los trabajadores. Si eso fuera posible, está previsto algún encuentro durante la próxima semana con la dirección.

La brecha abierta en el diálogo social en Figueruelas tiene como origen la propuesta de la dirección de reducir el salario un 6% en el 2018 y congelarlo durante los cuatro años siguientes. Aunque la compañía retiró su planteamiento de bajar las nóminas, mantiene el incremento de la jornada laboral a través de la reducción de las pausas, un asunto que se ha convertido en uno de los focos de tensión en la negociación del convenio colectivo. Sin embargo, desde Opel España se insiste en la necesidad de mejorar la competitividad de la planta para poder optar a nuevos modelos.

Además, uno de los últimos movimientos de la compañía ha elevado la tensión entre los sindicatos. Se trata de la suspensión del contrato de relevo desde este mes de enero, lo que afecta a un total de 416 personas en la factoría. Tampoco se ha renovado al personal temporal de Figueruelas, más de 170 empleados.

«REHENES»

En este sentido, ayer, la secretaria general de Industria de CCOO en Aragón, Ana Sánchez, acusó a Opel España de «tomar como rehenes a la gente que tendría que firmar el contrato de relevo, que lo tenemos negociado en convenio colectivo, y a toda la industria auxiliar», que está pendiente de las asignaciones de contratos del nuevo Opel Corsa, que se fabricará a finales del 2019, según los planes de la compañía.

Pese a ello, desde el sindicato CCOO apuestan por alcanzar un acuerdo a lo largo de las próximas semanas, pero reconocen que la ausencia de un plan industrial para Opel España podría desembocar en un conflicto laboral. «Queremos un acuerdo y necesitamos a PSA, pero puede desencadenarse un conflicto si no nos dice qué compromisos tiene para Zaragoza», según subrayó ayer el secretario de la sección sindical de CCOO en la factoría de Figueruelas, Chema Fernando.