En momentos de crisis como los que se están viviendo actualmente, la labor de organizaciones como la Fundación Banco de Alimentos de Zaragoza se hace más imprescindible que nunca. Son situaciones en las que algo tan olvidado y denostado como la solidaridad vuelve a florecer. Las personas se dan cuenta de que no pasa nada por echar una mano al que está a su lado y, con un poquito de aquí y otro de allá, se consigue salir adelante.

Afortunadamente, el trabajo bien hecho es reconocido en algunas ocasiones. Con el Banco de Alimentos ha sido así. El pasado lunes recibieron el Premio a las Buenas Prácticas Ciudadanas que cada año otorga Ebrópolis. Para el presidente de la fundación, Antonio Tomás, esto supone una "gran satisfacción" y un "aldabonazo" para seguir trabajando duro en el futuro. Además, los 6.000 euros que conlleva el premio ya tienen destino: "compraremos una máquina que necesitamos hace mucho tiempo".

Gracias a las ayudas de particulares y asociaciones, a los miles de voluntarios y a un trabajo continuo, la Fundación Banco de Alimentos ha batido este año todos los récords. Han recogido 1.970.000 kilos de comida, un 30% más que en el 2011, y ya atienden a 23.200 personas, un 11% por encima de las cifras del año pasado.

Las cantidades

Por productos, lo más destacable, como asegura Tomás, son los 102.080 kilos de bollería y galletas, 229.137 de productos lácteos, 177.000 de bebidas y 22.776 de carne fresca. Además, gracias a la ayuda del Mercazaragoza y del Fondo Español de Garantía Agraria, han podido recoger 418.918 kilos de fruta, muy por encima de los algo más de 250.000 del 2011.

Durante todo el año la organización ha participado en múltiples campañas. Sin embargo, para Tomás, el momento fuerte llegó con la iniciativa que desarrollaron el 30 de noviembre y el 1 de diciembre. Participaron más de 109 establecimientos de la capital aragonesa y provincia y casi 2.000 voluntarios. En este proyecto recibieron 137.110 kilos de comida y contaron con la participación de supermercados como Mercadona, Simply, Dia y varios mercados de la ciudad. Tomás afirma que, sobre todo, recogieron productos básicos como legumbres, arroz, pasta, azúcar o harina y que solo con lo que lograron en este proyecto tienen comida "para cuatro meses".

El reparto

Una vez que los productos ya están en los distintos almacenes, la siguiente fase es repartirlo. Para ello tienen tres destinatarios principales. Los comedores sociales que reciben comida diariamente, entre ellos el de El Refugio o San Antonio del Carmen. Posteriormente las residencias de ancianos, en las que descargan una vez por semana y, por último, el resto de organizaciones o instituciones necesitadas como, por ejemplo, los centros asistenciales.

El presidente explica que la crisis es "crónica, extensa e intensa". Lo que ha provocado que cambie el perfil de las personas en riesgo o en exclusión social. Ahora, dice, es gente entre 35 y 40 años. Por suerte, "podemos seguir atendiendo a a casi todas las peticiones" y oara el futuro solo pide que esto siga siendo así.