Un equipo multidisciplinar de investigadores de Aragón trabaja desde hace un año en una nueva línea en la lucha contra el cáncer. El objetivo no es otro que el de introducir en el interior del tumor nanopartículas magnéticas --que viajarían dentro de células dendríticas-- y que permitirían por un lado diagnósticos mucho más precisos y, por otro, tratamientos más certeros y nada invasivos para el resto del organismo sano.

Las nanopartículas se introducen en el tejido tumoral y al ser sometidas a un campo magnético externo --como una resonancia magnética-- elevan su temperatura (46°c) destruyendo las células malignas. En concreto, las nanopartículas junto a las células dendríticas se administrarían en una sesión y permitirían mediante cinco o seis sesiones, de unos 15 minutos cada una, someter al paciente a hipertermia magnética y conseguir destruir la vascularización de la lesión tumoral.

De confirmarse esta hipótesis de trabajo, se habría logrado diseñar un verdadero caballo de troya en oncología, tal como pusieron de manifiesto ayer los coordinadores del proyecto: el catedrático de Oncología del hospital Clínico, el doctor Alejandro Tres, y el director del Instituto de Nanociencia de Aragón, Ricardo Ibarra.

GRUPO MULTIDISCIPLINAR El trabajo, que se agrupa bajo el título Contribución de las células dendríticas a la vascularizacion tumoral: Estudio en un modelo murino aplicando tecnología de nanopartículas magnéticas, lo desarrolla un amplio grupo de más de 20 profesionales, personal médico, químicos, bioquímicos, físicos e ingenieros tanto del hospital Clínico Universitario Lozano Blesa como del Instituto de Nanociencia de Aragón (INA).

No obstante, los profesores Alejandro Tres y Ricardo Ibarra coincidieron al señalar que se trata de un proyecto de investigación a muy largo plazo, y que todavía se encuentra en fases muy incipientes y experimentales en modelo animal. "Por el momento, lo que hemos conseguido en el laboratorio es comprobar que las células dendríticas, que se encuentran en el organismo y que son las que ponen en marcha el sistema inmunológico ante la presencia de sustancias extrañas, son capaces de incorporar este tipo de nanopartículas; que se mantienen vivas y que las podemos captar desde el exterior mediante un campo magnético", explicó el profesor Tres.

Las nanopartículas tienen el tamaño de nanómetros (una millonésima parte de un milímetro) y en estos momentos el grupo experimenta con derivados de hierro que tienen propiedades magnéticas recubiertas de carbono, que las hace tolerables y no tóxicas, así como con algunas de sílice con un hueco en su interior a modo de un balón. Sin duda alguna, su utilización sería mucho más beneficiosa incluso en el diagnóstico frente a otro tipo de elementos que se aplican hoy en día como los isótopos radiactivos.

En la actualidad, se aplican agentes de contraste en al menos un 13% de los pacientes oncológicos para conocer la concentración tumoral, mediante densidades magnéticas, apostilló el profesor Ibarra, quien a su vez manifestó sentirse muy orgulloso de la capacidad de trabajo demostrada por el amplio equipo multidisciplinar que trabaja en este proyecto.

Además ambos coordinadores agradecieron el respaldo demostrado por la Universidad de Zaragoza, en concreto a su rector, Felipe Pétriz, presente en la rueda de prensa, como a Ibercaja, que apoya el proyecto con 80.000 euros. Por su parte, Fernando Galdámez, director general adjunto de Ibercaja, se mostró satisfecho de poder contribuir en el desarrollo científico del país.

EFECTOS MÍNIMOS "Este empleo de la nanotecnología aplicada a la oncología puede suponer una terapia altamente eficaz, no invasiva, con efectos mínimos para el resto del organismo, evitando la aparición de toxicidades y consiguiendo además una alta especificidad", concluyeron los expertos.

Por su parte, el rector de la Universidad de Zaragoza destacó la trascendencia de este proyecto, con el que se pretende situar a España en un lugar competitivo en el dominio de alta tecnología de aplicación de campos magnéticos con fines clínicos, en lo que se conoce como hipertemía magnética, fabricación de materiales biocompatibles y desarrollo de nuevas terapias médicas.

Además, este proyecto, se beneficiará en sus avances médicos con la llegada del microscopio Titán, lo que redundará en la mejora de la seguridad y calidad de vida individual y colectiva, a través de los aspectos relacionados con la aplicación de terapias emergentes de la medicina y la incorporación de los nuevos equipos y materiales de uso clínico.