--¿Se ha tenido en cuenta hasta ahora la opinión de los alergólogos para elegir el arbolado de Zaragoza?

-- Habíamos intentado entablar conversaciones con los responsables municipales para evitar las especies que son más alergénicas pero hasta ahora no lo habíamos conseguido. Esta vez, de forma espontánea y por iniciativa propia del Ayuntamiento de Zaragoza, nos requirieron participar en un grupo de trabajo y orientar sobre qué especies son de poco impacto alérgeno.

--¿Hasta qué punto la capital aragonesa tiene más afecciones alérgicas que otras ciudades españolas?

--Hay un problema importante, especialmente con el polen del plátano de sombra. Hay muchísimos ejemplares de esta especie en la ciudad y, como consecuencia, la concentración de este polen es una de las más altas de España, al mismo nivel que Barcelona o Madrid. Es un polen que se produce en la atmósfera de las ciudades, donde se concentra la mayor parte de la población y por lo tanto el impacto médico que tiene es muy alto.

--¿Saben cuántas personas no sufrirían afecciones alérgicas si hubiera menos plátanos?

--No podemos saber qué es lo que hubiera pasado si se hubiera plantado un menor número de plátanos en la ciudad.

--¿Hay datos sobre el coste sanitario que genera este tipo de alergia?

--Hay estudios de que la intensidad de los síntomas y los costes sanitarios derivados sí que están en relación con las concentraciones de polen que se dan en la atmósfera. De manera que, a menor concentración de polen, menor intensidad de los síntomas y menor impacto socioeconómico en la población. Sería importante reducir la concentración de polen porque eso también reduciría los costes sociosanitarios.

--¿Cuántos vecinos se ven afectados por las alergias derivadas del polen presente en estos árboles?

--Estimamos que alrededor del 20% de la población general padece rinitis alérgica. Entre el 30% y el 40% de ellos además tienen también asma. La proporción de pacientes que asocian rinitis y asma es muy alta, lo que aumenta el impacto socioeconómico.

--¿A qué cantidades se refiere?

--Sabemos que para todo el territorio nacional los costes directos de la rinitis alérgica superan los 4.500 millones de euros al año: la atención médica, las pruebas diagnósticas y el tratamiento con las medicinas. Pero si sumamos los costes indirectos; es decir, el absentismo, las bajas laborales, la pérdida de productividad... Las cifras alcanzan los 19.000 millones de euros al año. Y es que esta enfermedad afecta a los segmentos de edad que son los más productivos, entre los 10 y los 50 años.

--¿Y qué impacto económico tendría en Zaragoza?

--Podemos hacer una aproximación de lo que supondría el impacto de la alergia al polen del plátano de sombra y también debemos incluir el polen del ciprés porque son los que producen concentraciones más altas de polen. El impacto socioeconómico rondaría alrededor de los 50 millones de euros al año en Zaragoza. La polinización de uno y otro se sucede: desde mediados de febrero hasta mediados de marzo la del ciprés, y desde entonces, la del plátano se prolonga hasta el mes de mayo. Solo en la ciudad de Zaragoza viven unas 30.000 personas alérgicas a estas especies.

--¿Ayudaría a reducir estos costes cambiar las especies arbóreas en la ciudad?

--Si consiguiéramos reducir la cantidad de polen un 20%, podría suponer un ahorro superior a los 5 millones de euros al año. El problema es que cada estamento solo valora los costes de su entorno inmediato. Si fuéramos capaces de hacer una valoración global de lo que supone cambiar árboles y el ahorro sanitario, a lo mejor esas medidas serían rentables.

--¿Son partidarios de cambiar algunos ejemplares en las zonas de mayor concentración polínica?

--La principal aspiración que podemos tener es que los ejemplares que se planten a partir de ahora sean de otras especies; es lo más realista. Sustituir una masa de árboles tan enorme es prácticamente inviable. Pero si todos los árboles que se replanten son de especies no tan alergénicas, se notará el impacto positivo en los próximos diez o quince años.

--¿Cuál sería su propuesta?

--Que no sean ni plátano, ni ciprés ni olivo. El resto de las especies que los técnicos medioambientales valoran como viables en un clima extremo como el de Zaragoza no son alergénicas. Pero lo más importante es diversificar las especies para que no lleguen a producirse altas concentraciones de polen de una sola.

--¿Cómo se explican que durante décadas se haya apostado por una especie tan alérgica?

--No son muchas las especies arbóreas capaces de soportar el clima seco, con mucho viento y con temperaturas extremas. El plátano de sombra es una de ellas y por eso se ha utilizado en tantas ciudades. Pero nadie podía sospechar un incremento tal de la alergia a este polen.

-- ¿Han aumentado las afecciones en los últimos años?

--Las enfermedades alérgicas se han disparado durante la segunda mitad del siglo XX en los países industrializados y están ligadas al tipo de vida occidental. Antes de los años 50 afectaban al 2 o 3% de la población y ahora al 20-25% de la población. En términos coloquiales se le llama una de las epidemias del siglo XXI por el incremento tan enorme que ha sufrido. Hace 50-60 años no se podía prever esto. Y en concreto, las alergias al polen del plátano y el ciprés se han desarrollado mucho en las últimas dos o tres décadas. Probablemente, se ha triplicado el número de pacientes por estos polenes.