Isaías Bautista Reiches ha sido condenado a 11 años, 9 meses y un día de prisión por intentar matar a un policía, al que clavó un destornillador en el pecho cuando le sorprendió robando el radiocasete de un coche, en el barrio zaragozano del Arrabal. Los magistrados le aplican la pena que solicitó (alternativamente a la absolución) la defensa, solo un mes menor que la que demandaba la Fiscalía.

Es prácticamente la máxima para casos de homicidio en grado de tentativa debido a que como cita la sentencia de la Audiencia Provincial de Zaragoza «el plan de actuación del autor, así como los medios utilizados, son racionalmente aptos para ocasionar el resultado» (matar) y añaden que en caso de «no haber portado el chaleco antibalas, hubiera penetrado el cuerpo del agente y entonces no se tendría en cuenta, prácticamente, el grado de tentativa».

Los jueces han dado como probados los hechos declarados tanto por la Policía como por los forenses durante la vista oral, obviando el testimonio del acusado, que negaba la intención de matar al policía aunque sí asumió la autoría del robo.

EL ROBO / Los hechos ocurrieron en abril del 2016, cuando Isaías se disponía a robar un radiocasete en el interior de un coche y fue sorprendido por la Policía. Esta fue alertada minutos antes por un vecino, que había visto a un individuo montado en una bicicleta y que portaba unos guantes de lana (algo «sospechoso» para las fechas que eran), rondando por un aparcamiento.

Los agentes le localizaron y trataron de sacarle del coche. El primero abrió la puerta del copiloto y le instó a desarmarse y a bajar del vehículo y el condenado le lanzó un puñetazo, que este logro esquivar.

Posteriormente, el otro agente abrió la puerta del conductor requiriéndole que depusiera su actitud. Ante su negativa, trató de sacarlo del coche y en ese forcejeo fue cuando el procesado «se revolvió agrediéndole con un destornillador de 13 centímetros de hoja y 10 de mango impactándole en la zona toraco-abdominal donde existen órganos cuya lesión supone un gran riesgo vital». Según los forenses, fue el chaleco antibalas el que «impidió que se ocasionasen tales lesiones».

«Efectivamente el ímpetu del golpe fue intenso y se propinó con energía, pues llegó a desgarrar el chaleco antibalas», coinciden los magistradoss.

Después de apuñalar al policía, este sacó su arma reglamentaria, pero el condenado hizo caso omiso y se dio a la fuga en su bicicleta hasta que se cayó y fue reducido. Por esto, y al ser reincidente, el acusado ha sido condenado a 11 años, 3 meses y un día por el intento de homicidio y a 6 meses más por el intento de robo.