Se encontraron Pablo Echenique y Vicente Guillén en el pasillo de las Cortes. Acababa de terminar el debate entre ambos. El líder de Podemos le dijo: "Hoy te he dado". Contestó el consejero de Presidencia: "Bueno, es el debate parlamentario". Minutos antes, en el hemiciclo, los dos protagonizaron un agrio intercambio de reproches. El portavoz de la formación violeta advirtió al PSOE de que el decálogo que acordaron no se está cumpliendo y que sin él, no habrá presupuesto. Dejó caer incluso que los socialistas quieren aprobarlo con el PP.

Fue el de Echenique el primer discurso con cierto calado en el Parlamento aragonés. Hubo en sus palabras cierto tono de rebelión y un claro trasfondo electoral. "Su Gobierno no ha estado a la altura", le espetó el líder de Podemos a Vicente Guillén. Según sus cálculos, del decálogo que compone el acuerdo entre el PSOE y la formación morada, solo se han cumplido 2 y medio. "Han preferido ustedes el humo, las cartas y las fotos con expresidentes jubilados a las políticas que mejoran las condiciones de vida de la gente".

En estas condiciones Echenique dudó de que Podemos apoye las cuentas de la comunidad --aún por negociar--. Consideró "una tragedia" que su partido no fuese la fuerza de izquierdas más votada porque lo único que ha hecho el PSOE son discursos "al corazón y falsas ilusiones". Pero "medidas para mejorar la vida de la gente, ninguna. Muchas cartas y pocas nueces", zanjó antes de advertirles a los socialistas que no tendrán otra oportunidad. Recordó que hasta ahora han actuados con madurez y responsabilidad y que no han jugado a desestabilizar al Gobierno, como "está haciendo el partido socialista en el Ayuntamiento de Zaragoza".

EL PSOE // Guillén tuvo que lidiar con la cascada de reproches, larvados durante unos meses de complejas relaciones entre PSOE y Podemos. La comunicación ya no es tan fluida como al principio; se acercan las elecciones, y la situación en el ayuntamiento tampoco ayuda. Así que el consejero de Presidencia tenía una papeleta difícil. La abordó plantando cara a Echenique. Diciéndole, para empezar, que había hablado por hablar. Aunque luego, en el turno de cierre, el portavoz del Gobierno puso algo de pausa para que todo volviese al redil.

Mientras tanto, Guillén enumeró algunos de los cumplimientos del Gobierno al que representa: renta social básica --en proyecto--; paralización de la LOMCE; sanidad universal para los inmigrantes; ley de la CARTV --en negociación-- o la reducción en un 21% de los altos cargos del Ejecutivo --Podemos exige pruebas de ello--. Achacó parte de los problemas que se han encontrado en el Pignatelli a la situación financiera de la comunidad. Pero, pese al rifirrafe, insistió en que los presupuestos del 2016 el PSOE quiere aprobarlos con Podemos, "si nos dejan". "No queremos el apoyo del PP", remarcó.

Pese a la tensión, la sangre no llegó al río. Pero unos y otros marcaron sus posiciones. Algo que no está nada mal, a poco más de dos meses para las elecciones y con la negociación del presupuesto a la vuelta de la esquina.