Esto me ha servido para darme cuenta de que tengo un problema y he de curarme por encima de todo", dijo ayer C. M. R. A. en el Juzgado de lo Penal número 3 de Zaragoza, en el que afrontó una petición máxima de dos años de prisión y seis de retirada del carnet por conducir, en estado de notoria embriaguez y dando volantazos, un coche con sus hijos de 1, 3 y 4 años a bordo.

La mujer, defendida por el abogado José Palacín, admitió que es alcohólica y que el miércoles 9 de enero bebió en exceso antes de ponerse al volante. Su letrado pidió a la jueza que le retire el carnet de conducir y conmute la pena de prisión que pueda imponerle por una medida de seguridad consistente en ingresar en un centro de desintoxicación para deshabituarse.

La fiscala solicitó para C. M. R. A. año y medio de cárcel, seis de retirada del carnet y el decomiso de su monovolumen al considerarlo el instrumento del delito de conducción temeraria que le imputa. "Estaba poniendo en peligro a sus hijos", dijo, los cuales "iban en el coche cada vez que daba un volantazo". "Con decir que no le apetecía la primera cerveza tenía bastante", añadió.

ALTERNATIVA No obstante, la representante del ministerio público propuso a la jueza que, si no considera que la conducción en estado de embriaguez de la acusada provocó riesgos concretos para personas determinadas, la condene por un delito contra la seguridad vial a cuatro meses y medio de prisión, tres años de retirada del carnet y, en todo caso, decomise el coche. La fiscala planteó la alternativa "para que su conducta no quede impune".

La defensa rechazó el decomiso porque la ahogaría económicamente. Le faltan por pagar las letras de 300 euros de casi cinco años. "No llegaría", dijo ella, con un sueldo de 1.100 euros.

El exmarido de la mujer, en cuyo nombre ejerce la acusación particular la abogada Pilar Pola, mantuvo su petición de dos años de prisión y seis de retirada del permiso de conducir.

C. M. R. A. explicó que toma medicamentos antidepresivos y Antabús, un fármaco disuasor del consumo de alcohol, cuya mezcla puede resultar mortal. Sin embargo, veinte días antes dejó de utilizar el último. Comió con una amiga que le invitó a una cerveza --dijo que, en lugar de rechazarla, se la tomó para no revelarle su dependencia-- y "después sacó copas". "Llevaba muchos días con abstinencia y me sentí fuerte", aseguró.

La Policía Local la interceptó en la avenida del Canal tras saltarse un semáforo en la de San José. Negó que hubiera estado a punto de caer al acueducto, aunque los agentes y una conductora confirmaron los volantazos y explicaron que invadió el carril contrario y chocó con un bordillo. Su hijos --dos de ellos dormidos-- iban correctamente atados en las sillas reglamentarias.

Los policías describieron como el de "un zombi" el aspecto de la mujer cuando, tras seguirla con los rotativos y la sirena, paró. "No respondía, no hablaba", "su desorientación era máxima", "no se tenía en pie" y sus ojos enfocaban "a duras penas", dijeron. Sopló cinco veces sin éxito antes de dar 1,21 y 1,26 miligramos de alcohol por litro de aire espirado en la prueba de precisión. El máximo tolerado es 0,25.