El presidente de Aragón, Javier Lambán, aprovechó ayer una visita a las obras de Yesa para salir en defensa de la regulación de los ríos como forma de hacer frente a la sequía y a los efectos del cambio climático. En esta línea, el jefe del Ejecutivo autonómico instó a la ministra de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, a que reúna la Comisión de Seguimiento del Pacto del Agua para abordar de forma común la nueva situación de algunos proyectos tras los reveses judiciales sufridos por la balsa de Almudévar y el embalse de Biscarrués.

«Atravesamos una de las peores sequías de los últimos 20 años y es necesario avanzar en la planificación hidrológica plurianual para hacer frente a la prolongación de periodos largos de sequía como el que estamos sufriendo en Aragón y en España por los efectos del cambio climático», aseguró Lambán.

En este sentido, subrayó que en la actualidad los embalses del Ebro se hallan con una capacidad que ronda el 40 %, «cuando el promedio de los últimos cinco años era del 64 %, lo que da idea de la situación preocupante de los embalses».

BAJAS RESERVAS

Precisamente, un ejemplo de este preocupante estado de cosas es Yesa, que tiene apenas 99 hectómetros cúbicos almacenados (el 22%) de un total de cerca de 500, muy inferior a la media de los últimos cinco años».

«Seguramente hay pocas inversiones y decisiones de los poderes públicos más tendentes a contrarrestar la sequía y los efectos perversos del cambio climático que a regular los ríos y almacenar agua, como es el caso del embalse de Yesa», subrayó Lambán, que anunció que «en próximas fechas» el Gobierno de Aragón tomará medidas para paliar los efectos de la sequía.

El presidente de Aragón se congratuló de que las obras de Yesa estén avanzando según lo previsto, «lo que nos permitirá mejorar la regulación para hacer frente a periodos de sequía».

Para el Gobierno de Aragón, el recrecimiento de Yesa es una de las piezas más importantes de regulación de las obras incluidas en el Pacto del Agua de Aragón, dado que se considera fundamental para importantes usos de la cuenca, entre ellos la consolidación de la zona regable de Bardenas, que beneficia a Aragón y Navarra; el abastecimiento de agua del área metropolitana de Zaragoza y poblaciones de las Cinco Villas, así como de la mancomunidad de Sangüesa y otras poblaciones navarras.

«Cuando esté a pleno funcionamiento abastecerá a más de 800.000 personas», recordó Lambán, en referencia a Zaragoza y su zona de influencia.

La presa de Yesa desempeña también un papel determinante en la laminación de crecidas del río Aragón y otros cauces fluviales pirenaicos, como el Escá y el Aragón-Subordán, con lo que se evita que se produzcan daños tanto en la parte Navarra del río Aragón como el tramo medio del Ebro, tal y como sucedió en las avenidas de febrero y marzo del año 2015.