El presupuesto de Zaragoza para el 2018 puso el pasado lunes rumbo a su aprobación inicial en el pleno del próximo día 15. Un proyecto controvertido en su origen que llega con nuevas iniciativas propuestas por la oposición y que se traducirán en obras demandadas por muchos de los distritos. Así se conforma cada año esa especie de Frankestein que, al margen de los habituales rifirrafes en el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) y el PSOE, también incorpora iniciativas de nuevo cuño, aportadas por Chunta y Ciudadanos (C’s) para sacar partido de que este ejercicio hay más dinero para invertir. Un total de 65,5 millones, la mayor en muchos años y un incremento del 21% con respecto al 2017, de los que todos han querido arañar dinero, y colgarles su firma. Que, al final, es lo que vende.

El PSOE es quien mejor ha sabido jugar sus cartas y el que más nuevas ideas ha aportado a ese presupuesto municipal. Ganarse los seis votos a Zaragoza en Común (ZeC) le ha costado más de 18,6 millones de euros, los que se va a tener que gastar en tres años, entre partidas para este año y plurianuales para el 2019 y 2020 (ya en la próxima corporación). Y, de ellos, destacan los 9 que destinarán a sustituir tuberías de fibrocemento, 1,7 este año, 4 el próximo y 3,3 el siguiente.

Quizá no sea una foto amable que vender en una inauguración pero es un impulso importante a un proyecto que, aseguran los socialistas, ayudará a reducir el importante número de fugas y volumen de agua que se pierde al año por las mismas.

Más vistosa será la reforma parcial de la calle Delicias, un eje comercial de primer orden por el que a diario transitan miles de personas. Se le dedicarán ahora 300.000 euros para acometer trabajos en este ejercicio. En el este de la ciudad, reciben con los brazos abiertos el más de un millón de euros que ahora incluye el presupuesto para renovar el parque Torre Ramona, en Las Fuentes. O arreglar sus numerosas deficiencias sin atender.

O los miles de euros para el campo de fútbol del Fleta, otro de los objetivos prioritarios de la oposición al que todos han apuntado y que a ZeC se le escapó en su proyecto inicial. Algo similar a lo que se ha dado con la apertura hasta Vía Hispanidad de la calle Hayedo o el aumento para el futuro centro cívico de Rosales. Todos lo pedían.

Chunta también ha jugado sus bazas para colocar con 6,5 millones algunos proyectos con su firma en barrios estratégicos para los nacionalistas. Como la nueva zona de ocio que ya anunció a finales del año pasado en el solar existente sobre el túnel de la Z-40 a su paso por Santa Isabel (200.000 euros), o el futuro carril bici (100.000). También el impulso al centro de infancia en el Picarral, para el que hay 150.000 euros este año y 3 millones hasta 2020, o los 300.000 para mejorar la iluminación en el parque Pignatelli, o los 150.000 para crear la oficina de la junta del Distrito Sur, entre otros.

C’s también ha incluido esta última entre los 2,91 millones que ha encajado en las cuentas con su firma. Con iniciativas como la adecuación del pabellón de Miralbueno, la remodelación de la plaza Salamero, el centro cívico de Parque Goya o la creación de un estacionamiento para autocaravanas en la capital.

Son los sellos de una oposición que comparte además la misma duda: ¿las ejecutará finalmente el Gobierno?