Zaragoza ya ha recuperado, aunque solo provisionalmente, el privilegio por el que Carlos de Habsburgo concedió a la ciudad la facultad de acuñar moneda. Corría el año 1706, y acababa de comenzar la guerra de Sucesión que enfrentó a los partidarios del archiduque Carlos, efímero rey en la Corona de Aragón, y el candidato Borbón que finalmente se convertiría en Felipe V.

Aunque se cree que Zaragoza nunca hizo uso del privilegio, el valor histórico del documento provocó que el consistorio de la capital aragonesa denunciase su robo, tras darse a conocer que el legajo, propiedad de un particular, se iba a subastar por una firma especializada en numismática. El Grupo de Robos de la Brigada Provincial de Policía se hizo cargo de la investigación y conoce ya el nombre del propietario del legajo.

Finalmente, la subasta fue paralizada por el Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza a través de un auto judicial que requería también a la Policía para que procediera a la intervención inmediata del documento y lo entregara al ayuntamiento de la capital aragonesa. Así ha sido y ayer mismo el jefe superior de Policía Nacional en Aragón, José Villar del Saz, entregó este documento histórico datado en 1706 en el archivo municipal en un acto presidido por el vicealcalde del Ayuntamiento de Zaragoza, Fernando Gimeno. Sin embargo, todavía está pendiente la sentencia definitiva y el documento permanecerá en el Archivo Municipal de Zaragoza, solo provisionalmente, hasta que se dicte una decisión judicial definitiva.

Prueba

El Ayuntamiento de Zaragoza maneja como prueba el registro del Libro de Actas Comunes de la Ciudad, con fecha de 1 de diciembre de 1706, donde se reproduce el documento. Pero, si bien se sabe cuándo entró en el registro de la época, se desconoce cuándo desapareció. Aunque se baraja que podría haber sido durante la guerra de la Independencia, periodo en el que se destruyeron buena parte de los archivos de la Corona de Aragón. Lo único constatable, sin embargo, es que el documento no ha estado en el ayuntamiento "en los últimos 50 años", asegura la archivera municipal, Elena Rivas.

"El privilegio refleja un momento histórico curioso durante la guerra de Sucesión entre Carlos de Habsburgo y Felipe de Borbón. El primero fue reconocido durante un tiempo como monarca de la Corona de Aragón y concedió este privilegio a Zaragoza para acuñar moneda", relata.

Como se está en plena guerra, Carlos de Habsburgo pide a la ciudad a cambio armar un regimiento de mil hombres --a los que había que alimentar, calzar y vestir-- para luchar en su bando. Debido a la brevedad de su reinado, "hay muy pocos privilegios firmados por él", detalla Rivas, que destaca su "interés" por su historia numismática. Su aplicación real en la ciudad fue relativa, ya que se cree que Zaragoza finalmente no llegó a acuñar moneda propia, una facultad que prestigiaba a la urbe que podía ejercer esta función y la favorecía desde el punto de vista económico.

El documento, que se custodiará en el archivo sin exposición al público, tendrá que esperar la decisión judicial para conocer su destino final.