Finalizar la tramitación urbanística para poder sacar a la venta de la parcela más cara (precio por metro cuadrado) de Zaragoza Alta Velocidad (ZAV) en el entorno del Portillo es solo la punta de lanza de una sucesión de cambios que se realizarán en los próximos meses. Dejar vía libre a su enajenación era la forma más rápida de generar ingresos, ahora toca reducir gastos. Y en este apartado figura un cambio sustancial en la ordenación de esta pastilla que no ha entrado en la recta final de la legislatura en el Ayuntamiento de Zaragoza para evitar males mayores, pero que tiene toda la documentación lista para lanzarlo en cuanto se conforme la próxima corporación. La siguiente modificación es cambiar el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para descartar definitivamente el ensanchamiento de la avenida Anselmo Clavé, la que conecta el paseo María Agustín con las avenidas Goya y Valencia.

El acuerdo suscrito con Zaragoza Alta Velocidad incluía dotar a esta arteria de la ciudad de cinco metros más de anchura que irían a parar a crear una acera más amplia en el eje que discurre en paralelo a las viejas instalaciones ferroviarias del Portillo. Una adecuación que ya figura en el PGOU vigente y que se pensó para la futura remodelación de esta pastilla de suelo tras el soterramiento de las vías del ferrocarril y el cese del tráfico de viajeros en la terminal del Portillo. Ahora, con el cambio a residencial de los suelos que iban a destinarse a servicios y a terciario, se replantea la futura configuración de la zona.

JUGADA PERFECTA

Así se matan varios pájaros de un tiro. La acera que iba a ganar esos cinco metros de anchura sería, con el cambio de uso residencial a terciario, la que lindaría con los 28.000 metros cuadrados para oficinas o usos comerciales. Un espacio que, en el proyecto inicial, pasaba por demoler el actual edificio que ocupa Correos y la vieja estación del Portillo donde Adif y Renfe mantienen personal --unos 60 empleados-- y el centro de control del tráfico ferroviario convencional.

La jugada permitirá ahorrar casi nueve millones de euros. En un momento en el que la sociedad ZAV solo persigue reducir sus deudas con los bancos. Esta cuantía saldría de no tener que indemnizar a Correos por su obligada marcha del inmueble que ocupa, compensación ya valorada en 775.473 euros; de aparcar sine die el traslado de las dependencias de la estación del Portillo a la intermodal de Delicias, estimada en su día en 7,92 millones de euros; y de no acometer las demoliciones necesarias, calculadas en 403.161,10 euros.

En este punto, incluso no se ve tan mala idea la opción de rehabilitar el edificio de Correos, por menos dinero, y obtener así una parte de esos 28.000 metros cuadrados de terciario.

Jugada perfecta para el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), para la propia ZAV y también para la ciudad, ya que con la nueva torre de 20 plantas donde se crearán 220 viviendas se piensa acometer la obra de urbanización más costosa: los viarios de todo el cuadrante del CaixaFórum y hacia la estación de Cercanías del Portillo y los 46.000 metros cuadrados de zona verde previstos desde hace casi una década en paralelo a la calle Escoriaza y Fabro.

Dos unidades de ejecución que aún no se sabe si irán juntas o separadas en el inminente concurso público que convocará ZAV. Lo que sí se conoce es que esta obra costará hoy cuatro millones de euros menos que antes. En concreto, 11,34 millones de euros, no 15,46 como se calculó al inicio. Si no lo asume el comprador del suelo, lo tendrá que ejecutar ZAV, pero no tiene dinero para hacerlo.