Algo debe estar cambiando. No el signo de la economía, claro. La trituradora de empleo sigue funcionando a toda máquina arrollando por el camino cualquier expectativa. Pero algún resorte está virando. Pocas veces había oído la presidenta del Gobierno de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, abucheos tan palpables, tan de andar por casa, de la calle. Forjados por la realidad; alejados de la nube parlamentaria.

Radio Zaragoza está de cumpleaños. Son 75 años y la efeméride bien merece la visita de uno de sus programas más emblemáticos, Hoy por Hoy. Y con él su dupla de presentadoras, Pepa Bueno y Gemma Nierga. O viceversa. En el patio de la Infanta ambas entrevistaron a Rudi. Y ahí la presidenta se dio un buen baño de realidad. De una minoría, quizás, pero real al fin y al cabo.

Le preguntaron a Rudi por lo que cobra. Pero no quiso decirlo. Se amparó en que ya está publicado en la página web del PP de Aragón, que allí está todo especificado: lo que ingresa por ser presidenta del Gobierno y también por liderar a los populares de la comunidad. Vamos, que tiene dos sueldos. En total 90.604,79 euros, según consta en su declaración de la renta del 2011. De ellos, 80.874 euros corresponden a su cargo en el Ejecutivo y el resto, de su partido. Eso sí, hay que preguntar a sus asesores para aclararse. Porque de la documentación hecha pública no es posible deducirlo. "Es una compensación", se limitó a decir. Y ahí Rudi se ganó las protestas del público por no decir lo que cobraba.

La presidenta aseveró incluso que "el sueldo de los políticos está por debajo de sus responsabilidades". Y que en todo caso todo depende de con qué se compare, vino a decir. Se sabía en territorio hostil, así que pasó al ataque: aseveró que cobraba menos que algunas "grandes comunicadoras". Tan poco ingresan los políticos, que a ella le costó encontrar gente que quisiera forma parte de su Gobierno. ¿Por qué? Pues porque "perdían dinero" respecto a lo que percibían en sus empleos.

Con sus reflexiones en torno a los sueldos no logró meterse al público en el bolsillo. Ni siquiera cuando habló del paro, del futuro, de expectativas. Quiso mostrarse optimista respecto a las posibilidades de recuperación del país. "Ya veremos qué pasa en tres años", dijo en alusión a las pésimas previsiones que el Ejecutivo central hizo públicas el pasado viernes. En este punto volvieron a sonar los abucheos. "Hay que inyectar ilusión, pero también realismo. El momento es complicado", admitió. Y de nuevo palpitó el malestar el público, emboscado en murmullos, pitos y algún grito perdido. "Vamos a dejar a la presidenta explicarse", tuvieron que calmar las periodistas.

Trató Rudi de apaciguar un poco el ambiente. Así que habló del pacto que otrora propuso al PSOE y que se frustró antes siquiera de nacer. Apostó por un gran acuerdo en el ámbito nacional. Y como pasaba por allí, aprovechó para hurgar en las heridas de aquel al que tendía la mano. "No sé si el PSOE está en la mejor situación (para pactar)". Se ganó de nuevo la reprimenda del público por la alusión, aunque de soslayo, a las luchas internas del principal partido de la oposición. Así anduvo la entrevista, salpimentada de abucheos. Rudi no se quedó a soplar las velas. Ya se sabe, las cosas del directo.