La Asociación de Vecinos Parque Goya junto con el Grupo de Energía y Edificación de la Universidad de Zaragoza están llevando a cabo durante este mes un proyecto para el diagnóstico de los sistemas de agua caliente sanitaria con energía solar. Las viviendas del barrio usan placas solares, y muchas de ellas están "muy deterioradas". El objetivo del grupo es evaluar su estado y aportar posibles soluciones para mejorarlas y potenciar el ahorro energético. Desde la universidad pública indicaron que "una comunidad que use correctamente las placas podría ahorrar 7.000 euros anuales".

Existen dos tipos de placas: las fotovoltaicas y las solares. Las primeras se utilizan para generar electricidad y las segundas para calentar agua sanitaria. En Parque Goya son solares. Varias edificaciones cuentan con ellas desde hace años, aunque en muchas el estado de las mismas es "tremendamente preocupante". Un "mal mantenimiento", "dejadez" e incluso "un solapamiento entre empresas", podrían haber sido las causas de que la mayoría no funcionen. Este tipo de placas debería contener agua con anticongelante, pero este no estaba y por tanto, en invierno "reventaban". Por ello, "alguien" optó por vaciarlas en invierno, y con ello el problema "quedaba resuelto". Algo "inexplicable", ya que no está cuando más se debe usar el agua caliente.

20 AÑOS DE EXPERIENCIA El Grupo de Energía y Edificación ya ha actuado en otros barrios como Valdespartera o Picarral, y acumulan más de 20 años de experiencia. "No nos dedicamos a arreglar las placas, sino a buscar la mejor solución para que funcionen y que los vecinos puedan ahorrar dinero y recursos minerales", indicó José Andrés López, portavoz del equipo investigador. Aunque está compuesto por 14 profesionales, a cada comunidad solo acuden dos técnicos y dos educadores ambientales. "Uno de los problemas más frecuentes es que los vecinos no saben cuánto pueden ahorrarse con un buen uso de las placas", comentó Andrés.

Estiman que una comunidad de Parque Goya podría ahorrar hasta 7.000 euros al año. Hoy en día y con el estado actual de las placas, solo ahorran "unos 1.000 euros". De ahí que este grupo insista en la necesidad de que las placas estén en buen estado.

En el 2009 se aprobó una normativa municipal adaptada a las exigencias del nuevo Código Técnico de Edificación, y que obligaba a las constructoras a adoptar diseños bioclimáticos e incorporar placas solares que garantizasen un 70% de la demanda de agua caliente sanitaria.