Casi a la misma hora en que Ronaldinho abandonaba ayer el Camp Nou, sin entrenar aún con el grupo, su hermano y agente, Roberto de Assis, descolgaba el teléfono móvil para iniciar públicamente un pulso. El jugador no solo está dispuesto a romper unilateralmente el contrato que le une con el Barça hasta el 2010, acogiéndose al artículo 17 de la FIFA para reducir los 125 millones de euros que fija su cláusula, sino que su hermano también esgrimió el nombre del Madrid como posible destino de la estrella. "El nombre de Ronaldinho debe estar ligado a clubs como Real Madrid o Milan sin necesidad de pasar por Porto Alegre", declaró ayer Roberto de Assis, en una entrevista telefónica concedida a la web brasileña Globoesporte.com del diario O Globo.

El baile ha comenzado. Hasta ahora, tanto el jugador como su hermano, y agente, mantenían el deseo de agotar el contrato hasta el 2010. Pero ayer el escenario dio ayer un inesperado giro. Roberto atendió la llamada de Rodrigo Sirico, un reportero de la web, con quien mantiene una relación fluída ya que fue al mismo a quien comunicó hace un año que tenía una oferta del Milan de 60 millones de euros, y le anunció los planes que tiene actualmente la familia Ronaldinho.

Para empezar, justificó las críticas que ha recibido el delantero. "En el fútbol, los resultados determinan cómo van las cosas. El Barcelona no ganó nada desde hace una temporada y media y como Ronaldinho es la estrella de este equipo, acaba siendo el más criticado", explicó.

VISITA A BARCELONA Roberto de Assis, consciente de que tiene previsto visitar Barcelona la próxima semana para reunirse con los directivos, admitió la posibilidad de abandonar el Camp Nou. Algo que hasta ayer no había hecho. O, al menos, con tanta contundencia. "Siempre existe esa posibilidad", dijo el agente de la estrella. "Sabemos que la cláusula de rescisión de su contrato es de 125 millones de euros, pero también sabemos de la existencia del artículo 17, que posibilita la salida por mucho menos", afirmó insinuando que podría tomar esa vía legal para romper el contrato unilateralmente pagando solo 16 millones de euros.