Patinazo de Javier Fernández en el Mundial de Helsinki. El madrileño no pudo renovar el título de campeón que había logrado en los dos últimos años, en Shanghái 2015 y Boston 2016, al no tener el día en el momento decisivo. Fernández, visiblemente presionado y nervioso, falló en el programa libre de ayer y echó a perder toda la ventaja adquirida en el programa corto del jueves, tras el que marchaba primero.

El japonés y compañero de entrenamiento del español en Toronto, Yuzuru Hanyu, le enjugó una ventaja de casi 11 puntos y logró su segundo título mundial, tras el del 2014 (año en el que el japonés también fue campeón olímpico), con un total de 321,59 puntos en una actuación memorable y sin fallo. Fernández también cedió los otros dos puestos del podio a dos jóvenes aspirantes, el japonés Shoma Uno (319,31, remontando 4,19 puntos al español) y el chino Boyang Jin (303,58, remontando 10,41 puntos). El madrileño cayó hasta el cuarto puesto (301,19), repitiendo la engorrosa posición que ya ocupó en Sochi 2014. En los próximos, dentro de apenas 10 meses en Pyeongchang (Corea del Sur), el patinador español intentará quitarse la espina.

«Este resultado me quita un poco de presión, sobre todo para la temporada olímpica, porque el año que viene ya no estarán todos los ojos puestos en mí», aseguró Fernández.

«Somos humanos, no siempre se puede hacer perfecto. Cuando salí a la pista estaba supernervioso, estaba que no podía ni sostenerme», confesó al final el patinador español. La espera tampoco le ayudó. Y en lo que sucedió resultó que se vio a un Javier inusualmente fallón en su rutina, a los sones de Elvis Presley, comenzando por una caída en el cuádruple salchow que lastró después toda su actuación.