Fermín Otamendi, titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Pamplona, estimó en el auto hecho público ayer que hay indicios para sentar en el banquillo a Jordi Figueras, Antonio Amaya y Xavi Torres, exjugadores del Real Betis, por el caso Osasuna en el que se investiga la extracción sin justificación de 2,2 millones de las cuentas del club navarro y presuntos amaños de partidos.

El juez archivó la acusación al exzaragocista Sergio García, que entonces defendía la camiseta del Espanyol, y a once implicados más, entre ellos Jorge Molina (Betis), Patxi Puñal o Damiá Abella (ambos del Osasuna), así como al actual entrenador del club navarro, Petar Vasiljevic.

El exgerente del Osasuna, Ángel Vizcay, implicó en esta trama a Sergio García cuando era capitán del club perico al declarar que se reunió con él y con los jugadores rojillos Puñal y Damiá para pactar un empate a cambio de 250.000 euros para los futbolistas del club catalán.

El juez considera que de las 29 personas investigadas hay indicios para juzgar a 18 de ellas. Sobre la compra de partidos, Otamendi estima que hay indicios de que exmandatarios de Osasuna pagaron a tres jugadores del Betis, Antonio Amaya, Jordi Figueras y Xavi Torres, 650.000 euros en metálico, 400.000 para que ganaran al Valladolid y 250.000 para que perdieran con el club rojillo en los dos últimos partidos de la temporada 2013-14.

La presunta participación de los tres exbéticos se desprende de varios motivos, entre ellos del «análisis de los posicionamientos» de sus teléfonos móviles, que les «ubican en las zonas donde se produjeron las negociaciones» con los dirigentes osasunistas «así como las entregas del dinero acordado».

También, prosigue el magistrado, del análisis de los registros de llamadas de algunos de los jugadores, que les relacionan «directa y claramente con el teléfono que fue usado para comunicarse con los directivos del Osasuna». Asimismo, «del contenido y las contradicciones apreciadas en las declaraciones y careos realizados por estos», además de sus análisis patrimoniales, que «revelan pagos en metálico por elevados importes y una caída importante en los reintegros bancarios de dinero tras los pagos en metálico presuntamente efectuados».