Sus amigos le llaman Shapo. En el circuito Denis Shapovalov se dio a conocer por darle un pelotazo al juez de silla de la eliminatoria de Copa Davis que el año pasado enfrentó a Canadá y Gran Bretaña y que costó la eliminación directa de su país por esa agresión. Desde ayer se ganó que le recuerden por eliminar a Rafael Nadal en los octavos de final del Masters 1.000 de Montreal, al vencerle por 4-6, 6-4 y 7-6 (7-4), cortando sus aspiraciones de ser esta semana número 1 mundial.

Gorra blanca al revés, al estilo Lleyton Hewitt, 1,80 metros y 68 kilos, zurdo, con un revés a una mano eléctrico, potente de golpes, rápido de piernas apareció Shapovalov ante un Nadal que poco sabía de él.

Su pedigrí tenístico era corto. Número 143 mundial, nacido en Tel-Aviv, de padres judíos rusos (Viktor, jugador de voleibol, y Tessa, entrenadora de tenis) establecidos en Canadá, recién nacido él. Campeón júnior de Wimbledon en el 2016 e invitado por la organización, Shapovalov solo había ganado un partido de los seis que había disputado en el circuito ATP en su corta carrera profesional iniciada en el 2016.

En Montreal, de momento, sumó la tercera consecutiva, después de eliminar al portugués Dutra Silva, al argentino Del Potro y, la más importante hasta el momento, a Nadal. Y la «mejor victoria» de Shapovalov fue la «peor derrota» de Nadal. Así lo admitía el mallorquín después de tres horas de partido y haber dejado escapar un 3-0 favorable en el tie break del tercer set. Shapovalov, sin nada que perder, valiente y decidido, le dio la vuelta al marcador, apoyado por los aficionados que llenaban la central.

Nadal deberá esperar ahora al Masters 1.000 de Cincinnati, la próxima semana, para buscar ese número 1 mundial. Sigue teniendo las máximas opciones porque Andy Murray ha renunciado. Pero ahora entrará en la lucha directa Roger Federer, que ganó a Roberto Bautista en cuartos por un doble 6-4.