A cinco kilómetros creyó que se acababa el mundo, que Andorra era un infierno más que un paisaje de montañas verdes. A cinco kilómetros tuvo que tirar de coraje, concienciarse de que no le dolían las piernas y que si iba el primero, en la hoguera de cimas escogidas por Purito Rodríguez, era porque en el fondo no andaba tan mal. Mikel Landa triunfó en el territorio de Purito. Ganó una etapa presentada en sociedad como la de mayor desnivel positivo acumulado (casi 5.000 metros) en 80 años de Vuelta. Una etapa que pasará a la historia por el sufrimiento de los grandes. Y sobre todo de un Chris Froome, herido en combate, que ha quedado al borde de la retirada.

Landa, 25 años, tercero en el Giro, el corredor que llegó con dudas a la Vuelta, es el gran futuro del ciclismo español, con unos corredores que, sin embargo, parecen no envejecer todavía, porque si Landa ganó, si Landa demostró que lo ocurrido en la ronda italiana en primavera no fue un espejismo, Purito Rodríguez peleó hasta la última fuerza, hasta el límite para no entregarse y para continuar soñando con algo difícil pero no imposible: la victoria en la Vuelta, en una ronda española que, desde ayer en Cortals d'Encamp, tiene un corredor destacado, el único al que Purito no pudo seguir: Fabio Aru.

LA FUGA BUENA

Landa se tomó la libertad, la que sabía que nadie osaría quitarle en un Astana que, en ocasiones, es un caos. Se coló en la fuga buena del día. Pero lo hizo más como abanderado de Aru, porque el objetivo inicial de la escuadra kazaja era el jersey rojo. Pero Aru se las apañaba solo, sin necesidad de ayuda. Y por eso Landa hundió la cabeza y se fue a por la victoria en una etapa única, la que le habría gustado ganar a Purito. "Sabía que iba a ser mi día grande y por ello me fugué. Y por ello me cogí la libertad". Por su parte. Y Aru, por encima incluso de Vincenzo Nibali, expulsado de la carrera en la segunda etapa, era el jefe de filas del Astana en la Vuelta. Ayer demostró que la elección no era equivocada. Él noqueó a todos los contrincantes excepto a Purito, perfectamente escoltado por Dani Moreno. Cuando Aru puso la directa solo el catalán lo pudo seguir. Purito, segundo de la general, con tan solo 27 segundos perdidos, peleó. Atacó en la bajada de La Gallina, junto a Valverde, y pese a no ganar se sintió dichoso por su gran trabajo. El catalán sigue segundo y la Vuelta llega a Lérida.