No hay otro gran premio con más ambiente en todo el Mundial. España está de moda en la F-1. Espectadores, patrocinadores, vips y medios de comunicación abarrotan Montmeló para algo más que una carrera. "Es una gran fiesta para todos", afirma Fernando Alonso. Los motores de los coches no llegaron a rugir, pero 30.000 personas se dieron cita en el Circuit, simplemente para ver de cerca los boxes, una afluencia que solo se registra un jueves en Barcelona y que es el preludio del lleno con récord de asistencia (140.000 espectadores) previsto para el domingo.

Es la primera carrera en Europa y el Mundial llega calentito, con tres pilotos empatados en el liderato (algo que no ocurría desde 1950), lo que añade aún más expectación. Las dos grandes escuderías libran una cerrada lucha y cuatro pilotos optan al triunfo en una batalla en la que el compañero de equipo es el primer rival. Se esperaba que Kimi Raikkonen y Felipe Massa se enzarzaran en una lucha intestina en Ferrari, el equipo favorito antes de iniciar el campeonato. Pero pocos esperaban que Alonso hiciera líder a McLaren tan pronto y, menos, que Lewis Hamilton, su compañero, se postulara como aspirante al título.

Buena relación

La rivalidad nacida de esta situación ha despertado rumores sobre un ambiente tenso dentro del equipo inglés que el bicampeón desmintió ayer. "La relación tanto con Pedro como con Lewis es magnífica. Vamos en cabeza de los campeonatos del mundo de pilotos y constructores. Solo van tres grandes premios y eso es lo que cuenta, pero no hay ningún problema", apostilló el asturiano.

Esa rivalidad en el seno de los dos equipos no ha hecho sino elevar el atractivo en el inicio de temporada de un deporte que innova en tecnología y glamur. Ferrari estrena aquí un nuevo hospitality de tres pisos y todo lujo de materiales para intentar dejar pequeño al de su vecino McLaren, inaugurado dos años atrás. Pero la escuadra inglesa pone a disposición de sus fans unas televisiones portátiles (Kangaroo TV) para seguir la carrera con cámaras subjetivas en el coche que se elija, tablas de tiempos y toda suerte de datos.

Es el reflejo del pulso que mantiene en la pista. "Hemos venido a Barcelona para ganar. El coche ha mejorado mucho y me siento mucho más cómodo con él", avanzó Kimi Raikkonen. El asturiano es prudente y prefiere esperar a "la calificación" para conocer exactamente las posibilidades de su coche tras las mejoras aerodinámicas incorporadas las últimas semanas. Así lo expresó en el Kartódromo de Cataluña, donde ejerció de profesor y director de carrera en una Challenge organizada por Vodafone para 10 jóvenes pilotos entre 9 y 11 años elegidos entre los mejores del kárting nacional. Pedro Hillbrandt ganó la carrera y recibió un consejo extra del bicampeón: "Cada vez hay más niños que dejan los karts para irse a las fórmulas demasiado pronto, sin estar formados. Hay que estar en el kárting el tiempo suficiente".