El empobrecimiento de las prestaciones en los últimos años debido a la mísera revalorización del 0,25% ha provocado que la mitad de las pensiones en Aragón no lleguen al salario mínimo interprofesional y que más del 30% de los jubilados vivan en el umbral de la pobreza.

De las casi 190.000 personas que cobran una pensión de jubilación en la comunidad, más de 30.000 percibe menos de 600 euros al mes, mientras que más del 40% (88.716) ingresa menos de 800 euros mensuales. El tramo con mayor número de pensionistas en Aragón es el que oscila entre los 600 y los 655,19 euros (33.882 personas), seguido del de entre 700 y 800 euros (20.039) y entre 900 y 1.000 euros (8.220 personas). En el otro extremo destaca los que cobran entre 2.400 y 2.567 euros, en el que figuran 7.364 pensionistas.

Solo en el 2018, los pensionistas aragoneses perderán unos 200 euros de media debido a la mínima subida del 0,25% y el incremento del IPC, lo que confirma que la recuperación económica no está llegando a todos los colectivos. Hay que recordar que el PIB creció en el 2017 a un ritmo del 3%. Esta es una de las razones que han llevado a miles de jubilados a tomar las calles para pedir unas pensiones dignas.

El Estado destina al pago de las pensiones en Aragón alrededor de 211 millones de euros al mes, lo que se traduce en casi 3.000 millones de euros al año, aproximadamente el 8% del PIB regional. Esto se debe al incremento del número de pensiones de jubilación -desde el 2008 se han sumado 20.000 más-, y al aumento de las cuantías de los pensionistas que se han jubilado en los últimos años.