El Tratado Transatlántico de Libre Comercio e Inversión (TTIP, en sus siglas en inglés) va a abrir un mundo de posibilidades a las empresas españolas. Así al menos lo aseguran las Cámaras de Comercio e Industria, que subrayan que con el nuevo acuerdo se "reducirán barreras de entrada", se "favorecerá la compatibilidad de las distintas normativas" y, en definitiva, será más sencillo exportar a Estados Unidos, el principal socio comercial de España fuera de Europa. De hecho, y según se destacó ayer en una jornada organizada por la Cámara de Zaragoza en la que se analizaron las oportunidades de negocio del TTIP, solo en Aragón podría suponer la creación de hasta 10.000 empleos durante los primeros cinco años de aplicación del pacto.

El estudio que apunta a estas previsiones, elaborado con el apoyo de la Cámara de España, también dibuja un escenario muy optimista para el conjunto del país: en los cinco años posteriores a la firma, el PIB crecería un 3% adicional como consecuencia de sus beneficios y se generarían hasta 335.000 empleos.

Según la Cámara, los sectores que sacarían mayor provecho del acuerdo serían minería, alimentación, textil, seguros y manufacturas. "El TTIP puede reequilibrar el peso del Pacífico en la economía mundial", aseguró el presidente de la institución cameral de Zaragoza, Manuel Teruel, quien subrayó que Aragón saldría "muy beneficiada" por su relación con Latinoamérica.

A la jornada, organizada también por el ICEX, asistieron una treintena de empresas de la comunidad. Tres de ellas (Ebroacero, Bodegas Tempore e Hijos de José Lou) contaron su experiencia comercial en EEUU. Las dos últimas, pertenecientes al sector alimentario, señalaron que no han tenido problemas a la hora de exportar al país norteamericano, mientras que el representante de Ebroacero aconsejó conocer bien el mercado antes de lanzarse. "El precio y el servicio son fundamentales, y no dudan en prescindir de tí si otra firma es más competitiva", indicó.

Uno de los asistentes alertó de la preocupación que genera el TTIP en el sector ganadero, sobre todo porque en EEUU los sistemas de producción son más permisivos. "No se permitirá la entrada de carne hormonada y el nivel de seguridad se mantendrá", dijo la subdirectora general de política comercial con América del Norte, Cristina Serrano.