El bipartidismo resiste. Podemos no ha conseguido imponer su hegemonía en ninguna comunidad autónoma, a las que se presentaba con marca propia, ni situarse como principal fuerza de la oposición, ni amarrar los dos territorios señalados como estratégicos: Comunidad de Madrid y Comunidad Valenciana. A falta de victorias con sello, el secretario general, Pablo Iglesias, trató anoche de arrogarse parte del éxito de Manuela Carmena (Ahora Madrid), que puede conseguir la alcaldía de la capital pactando con el PSOE o Ciudadanos, y Ada Colau (Barcelona en Común). Ese empeño en rentabilizar la victoria de las listas de unidad popular fue explícito anoche: Iglesias buscó a toda costa el abrazo con Carmena, a la que fue a visitar al cuartel general de Ahora Madrid, desbordado por miles de personas desde última hora de la tarde. Solo tras esa imagen con la juez, Iglesias fue al lugar de celebración con los simpatizantes de Podemos, la plaza del Museo Reina Sofía, donde hoy hace un año celebraban un éxito inesperado en las europeas.

El secretario general destacó el papel de Madrid y Barcelona, cuando afirmó que "las grandes ciudades son el motor fundamental del cambio político", pero admitió que los resultados no son los esperados. "Es verdad que nos hubiera gustado que ese desgaste de los partidos viejos hubiese sido más rápido", reconoció, en una breve intervención al filo de la medianoche.

El éxito de Carmena tuvo a Madrid en vilo hasta última hora, cuando se confirmó que aunque no conseguía la primera posición por unos pocos miles de votos, podría convertirse en alcaldesa con pactos relativamente sencillos. La euforia en Ahora Madrid contrasta con el resultado gris de Podemos, que no consigue el empuje previsto y confirma un cierto deterioro. Los de Iglesias obtienen cómputos desiguales en el mapa y, a grandes rasgos, solo logran estar a la altura de las expectativas en Aragón, gracias al magnetismo del crítico Pablo Echenique.

PINCHAZO EN VALENCIA El peor resultado llega en la Comunidad Valenciana, uno de los territorios clave y donde los principales dirigentes se han volcado durante la campaña. A pesar del esfuerzo, el candidato Antonio Montiel pincha, y aunque la dirección auguraba un mal resultado desde hace días, la noche fue peor de lo esperado. No han logrado capitalizar la erosión de los casos de corrupción del PP y entre las explicaciones está el fuerte liderazgo de Mònica Oltra al frente de Compromís y, sobre todo, el escaso tirón de Montiel como candidato.

En otra de las plazas clave de los comicios, la Comunidad de Madrid, Podemos tampoco logra situarse como principal fuerza de la oposición, y queda en tercer lugar tras PP y PSOE. La candidatura de un aspirante desconocido, José Manuel López, no ha sabido cautivar a los madrileños a pesar de que Iglesias le arropó durante toda la campaña.

Tanto en la Comunidad Valenciana como en la de Madrid, Podemos no ha podido persuadir a los simpatizantes socialistas para que crucen la frontera y voten morado. A la espera de los pactos que se comiencen a tejer en los próximos días, los resultados suponen una enmienda a la estrategia, que focalizó toda su campaña en robarle simpatizantes al PSOE y reivindicarse como principal fuerza contra el PP.