EL PASADO MIÉRCOLES FALLECÍA A LOS 65 AÑOS RUDOLF MOOSES, FOTÓGRAFO AUSTRIACO RESIDENTE EN ZARAGOZA

Conocí a Mooses en 1983, me lo presentó Daniel Pérez (entonces fotógrafo de El Dia) en el bar Bonanza. A primer golpe de vista me pareció un tipo curioso, pintoresco, por su acento extranjero de no se sabe dónde... por su aspecto bohemio... Me contó que había estudiado Arte y Arqueología en Austria, pero lo que le trajo a Zaragoza fue la fotografía, a la que se dedicaba ya de forma profesional.

Trabajaba de forma impecable, sobre todo en formatos grandes con cámara de placas. Sus fotos tenían un sello inconfundible, con muchísima personalidad y un estilo pictórico que reflejaba su base artística. Dominaba la técnica de positivado de copias como pocos.

En el Bonanza se encontraba como pez en el agua. Este bar era entonces el centro de operaciones donde se cocía gran parte de la vida cultural de la Zaragoza de esos años. Era fácil encontrarte con fotógrafos como Rogelio Allepuz, Ernesto Martínez, Daniel Perez... o pintores como Ángel Aransay... actores como Gabriel Latorre.

Después estuvo inmerso en múltiples proyectos. Los últimos 15 años estuvo en Spectrum como profesor, donde ha sido un autentico referente. Muy querido por compañeros y alumnos.

Aunque la profunda huella que ha dejado Mooses entre todos nosotros no es por su inmensa categoría como fotógrafo sino por su generosidad a la hora de compartir todo lo que llevaba dentro. En su última entrevista en EL PERIÓDICO decía "La fotografía me ha dado más que yo a ella". Pero Mooses nos ha dado mucho a todos los profesionales de la imagen y a los que tuvimos la suerte de ser sus amigos. Gracias Mooses. Hasta siempre.