Bacon murió en Madrid en 1992. Era una ciudad que visitaba frecuentemente en sus últimos años de vida ya que contaba con muchos amigos con los que no dudaba en disfrutar del atractivo artístico que en ella residía, como las obras del aragonés Francisco de Goya. El Museo del Prado le dedicó una gran exposición en el año 2009 con 78 de sus obras.