En pleno proceso de refundación de la Feria del libro de Zaragoza, sus organizadores pidieron consejos a dos citas muy consolidadas, la de Madrid y la de Sevilla. Su diagnóstico fue directo. Ellos ya habían pasado por esos problemas y para que el cambio de ubicación surgiera efecto habría que esperar al menos tres año. Es decir, auguraban un mal primer año como paso necesario para el crecimiento de la nueva propuesta. Sin embargo, a pesar de que la lluvia ha estado presente en tres de los cinco días, la Feria del libro de Zaragoza cerró ayer sus puertas en la plaza del Pilar con una sensación generalizada: «A este formato hay que darle la oportunidad de que se pruebe con buen tiempo». Y es que la mayoría de estands coincidían en que la feria había funcionado «muy bien» cuando la lluvia había respetado. Un ejemplo fue la tarde del sábado en la que se vivió una avalancha de gente y en la que el ritmo de ventas fue «bastante alto» con librerías que incluso tuvieron que pedir ejemplares a otras ya que habían agotado sus existencias en la plaza.

NUEVO PROYECTO / «Creo que hemos encontrado nuestro lugar en el mundo. La feria tiene que celebrarse en la principal plaza de la ciudad, en nuestro salón», aseguró ayer el presidente de Copeli, Sergio Navarro, que, aunque estaba previsto que cediera el cargo, es muyh probable que continúe al frente.

«Hemos desmontado un proyecto, el de la plaza Aragón -explicó- para crear este otro. Hemos conseguido unirnos y hay que tener claro es beneficioso que todos estemos porque la competencia beneficia, estimula y crea ese atractivo en la gente».

La realidad es que, más allá de las ventas, que han ido «razonablemente bien» con picos provocados por las grandes figuras venidas de fuera como Fernando Aramburu y Javier Cercas, los participantes también hablaron de que «se ha creado un ambiente de más feria» por su disposición «y por la plaza en sí». Algo que manifestaron tanto los responsables de GP Ediciones como desde la caseta de Malavida dentro del mundo del cómic. Pero esta nueva feria también ha hecho que volvieran a participar en ella librerías como Cálamo a cuyo gerente, Paco Goyanes, «le parece razonable colocarnos en pleno centro de la ciudad porque la gente está acostumbrada a moverse por estos sitios» o como Los portadores de sueños. Eva Cosculluela, que es a su vez la presidenta de la asociación de librerías de Zaragoza, indicó que «sin lluvia, hemos vendido bien».

NUEVAS IDEAS / De cara al año que viene, Sergio Navarro se mostró «optimista» y con ganas de empezar ya a trabajar en su organización: «Podemos hacer una superferia pero hemos hecho lo más difícil, colocar bien los primeros sillares». En su opinión, quizá el modelo ideal sería «una feria de dos fines de semana cerrando las mañanas entre semana para no perjudicar a nadie y hacer algunas correciones como bajar los escenarios o buscar nuevos espacios cercanos para evitar tener que buscar un plan b si llueve».

«Las valoraciones, en cualquier caso, no se pueden soportar solo en terminos cuantitativos sino cualitativos y ahí hemos tenido el apoyo de la ciudadanía, de la sociedad, han llegado firmas de prestigio, han militado todos los autores aragoneses que no se han perdido un día de feria... Tenemos motivos para ser optimistas», concluyó Sergio Navarro que piensa ya en el «gran reto de la superferia».