Los cines Renoir Audiorama proyectarán sus últimas películas el 10 de mayo. Los siete trabajadores que forman la plantilla de los multicines serán despedidos tras ser presentado un ERE de extinción. Ellos ya sabían que las cifras no eran buenas y hace más o menos una semana les adelantaron la noticia. Ayer, representantes de los trabajadores se reunieron con Rita Díaz, jefa de personal y José Luis Melchor, administrativo y mano derecha de Enrique González Macho (empresario de las salas y presidente de la Academia de Cine), y se les hizo oficial el despido colectivo. Las salas de Palma también cerrarán con un calendario semejante.

Los motivos: "Los cines llevan cuatro o cinco años sin funcionar", asegura Enrique González Kunh, gerente de Altafilms, distribuidora propietaria de la cadena Renoir; y si se suma "la crisis y que la audiencia ha bajado, pues ha sido el estoque final". Son "inviables". Reconoce que la exclusividad de una película es complicada --ahora tienen The artist-- pero si "hay más copias, el público se reparte y no come nadie".

"Existe un público fiel", añade, pero escaso y los cines abren de lunes a domingo. En este sentido, Jesús Hernando, gerente de Renoir Zaragoza, y el más veterano de los trabajadores, con 15 años de antigüedad, señala que "hace unos años, un domingo bueno asistían unos 1.200 espectadores y ahora, 500 como mucho".

VERSIÓN ORIGINAL Pese a que Zaragoza tiene una "población numerosa, no hubo forma de que la versión original tuviera aceptación". Se exhibían "películas que solo se veían en festivales, aunque fueran dobladas, y tampoco", dice González Kuhn. Afirma que "la gente joven no va al cine, por la crisis no tienen dinero y, además, se las bajan de internet gratis" y los adultos tienen muchos cines por lo que "la tarta se reparte y no comemos ninguno".

La apertura de nuevos complejos también les ha hecho daño, al igual que las obras del tranvía; y, además, adelanta que en un año habrá que digitalizar las salas porque todas las películas serán digitales. Y pone como ejemplo que "una sala nuestra cuesta alrededor de 100.000 euros, y hay cuatro", con lo cual, asegura que "se cerrarán más porque hay salas que no se lo podrán permitir"

El cierre dejará a Jesús Hernando (gerente), Óscar Cubel (operador), Ana Colás (taquillera), Sergio Casado (portero), Esther Angós y Elena Sánchez (polivalentes) y Alberto Arguedas (bar) en la calle. El gerente era consciente de la situación porque "veo las cifras" y el resto de trabajadores también, e insisten en que "todos teníamos contrato fijo" y el ambiente de trabajo era "muy bueno". Afirman que hubiera ido mejor con "mayor autonomía, gestionado de otra manera". También hay que tener en cuenta que el alquiler del local es muy alto.

Los cines Renoir fueron los únicos que cerraron con motivo de la huelga general y ahora "nos afecta", porque es "una reforma cruel, que abarata el despido y no hay piedad". Achacan también "tacto" porque hace algún tiempo les pidieron que anunciaran las fechas de sus vacaciones.

Los trabajadores analizan que hay que reflexionar hacia donde quiere ir la ciudad culturalmente, porque mucha gente les decía que "no veían The artist porque es muda" o que "todas las películas eran raras". También insisten en la fidelidad de algunos espectadores y en el "ambiente familiar". De hecho, algunos se acercaron ayer al conocer la noticia. José Laporta, secretario de la tertulia Perdiguer, y habitual de las salas se emocionaba al saber que habrá películas que no podrá ver. Lo mismo que Jesús Moliner y María Rosa Martínez. "Son mis cines. Me da mucha pena y echaré mucho en falta a la gente", decía.