El presidente José Luis Rodríguez Zapatero afirmó ayer que su Gobierno no dificultará que Cataluña se denomine nación en su nuevo Estatuto, siempre que los dictámenes que se realicen digan que dicho término es compatible con la Constitución.

El jefe del Gobierno y secretario general del PSOE desautorizó así a sus correligionarios José Bono, Alfonso Guerra y Juan Carlos Rodríguez Ibarra, entre otros, contrarios a que Cataluña adopte dicha denominación. "El concepto de nación", declaró Zapatero a la SER, "tiene diversos sentidos y diversas interpretaciones"; por ejemplo, desde el punto de vista "histórico-cultural o desde el punto de vista sociológico".

"No estamos estrictamente ante un concepto jurídico y, por tanto, creo que si a la luz de la Constitución no existe incompatibilidad, desde el Gobierno no va a existir mayor problema para que ese término pueda aparecer en el Estatuto", aseveró.

El Estatuto actual se refiere a Cataluña como "nacionalidad", en concordancia con el artículo 2 de la Constitución, que habla de la "nación española" y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de "las nacionalidades y de las regiones que la integran".

ACTITUD "POCO SERIA" En contra de Zapatero se revolvió ayer el líder del PP, Mariano Rajoy, quien contestó que "no hay más nación que España". La actitud del presidente en este "debate ridículo", opinó, es "muy poco seria": "En los asuntos esenciales, un presidente del Gobierno debe fijar una posición con claridad". Plantear ahora si Cataluña se va a llamar nación y si España es una nación de naciones "no le importa a nadie", añadió.

La responsable de política autonómica del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, acusó a Zapatero de estar prisionero del tripartito catalán, vaticinó que la siguiente petición será un Estado para esa nación y llamó a los militantes y votantes del PSOE a que hagan "entrar en razón" al presidente.