Shimah ha muerto. La bebé que fue extraída del vientre de su madre muerta a causa de un bombardeo falleció ayer. La criatura, a cuya madre le faltaban dos semanas para salir de cuentas, había nacido hacía cinco días gracias a la cesárea post-mortem que los médicos practicaron a la mujer, que perdió la vida cuando un misil disparado por un avión israelí impactó contra su vivienda.

La niña fue bautizada como Shimah, el mismo nombre que su madre, junto a la que fue enterrada ayer. Desde un principio, pese a ser conocida a nivel internacional como un bebé milagro, los médicos ya explicaron que tenía un 50% de posibilidades de sobrevivir, pues al fallecer su madre se le había cortado el flujo de oxígeno.

Su pérdida vuelve a poner sobre la mesa el enorme precio en vidas de niños palestinos que está generando esta guerra, en la que han muerto ya 245 menores palestinos.