Las fiestas de San Lorenzo de Alborge de este año reservan un espacio especial para la tercera edición de la carrera pedestre o carrera pollera. Una iniciativa surgida hace dos años y que en 2010 demostró que en poco tiempo puede convertirse en una cita clásica de estas fiestas.

La prueba se disputará el 10 de agosto, festividad de San Lorenzo y día grande de las fiestas de la localidad. La convocatoria, en el Barrio Nuevo, a partir de las 19.30 horas, con el aperitivo de las tradicionales carreras de cintas y maletas.

Las corridas de pollos se remontan a mediados del siglo XIX y desde entonces han estado presentes en multitud de festejos populares a lo largo y ancho de la geografía aragonesa. Deben su nombre al premio que recibían los ganadores, habitualmente tres, dos o un pollo vivos, en función del puesto ocupado al final de la carrera. En los últimos tiempos también se ofrecen premios en metálico, pero en Alborge, donde se sabe respetar las tradiciones, los ganadores en categoría masculina y femenina tienen como recompensa un pollo, además de dinero y otros obsequios.

Con poca experiencia pero mucha ilusión, la pollera de Alborge contó el año pasado con más de 40 participantes, entre adultos y pequeños, llegados desde diversos puntos de la comarca para participar en la carrera. Una excelente cifra que permite pensar que este año se vivirá de nuevo una auténtica fiesta del atletismo popular.

Estas carreras, o corridas, de pollos cuentan con numerosos atractivos, y no es el menor de ellos el hecho de que conciten la atención de grandes y chicos, como pudo comprobarse el año pasado con el Barrio Nuevo repleto de vecinos y visitantes dispuestos a disfrutar de una jornada festiva. Además, la concesión de primas establecidas por la organización durante el recorrido de la carrera ofrece un especial interés a una prueba en la que todos los participantes tienen la oportunidad de ganar un premio. Al paso de determinadas vueltas se ofrecen primas a los diferentes grupos de corredores, lo que permite mantener la tensión de atletas y espectadores durante toda la carrera.

En la pasada edición se concedieron premios en metálico por valor de 340 euros y es de esperar que en esta ocasión se sumen nuevas empresas y particulares para que la corrida pollera de Alborge siga creciendo y se convierta en una seña de identidad de las fiestas de San Lorenzo.