Cuando se cumplía el primer aniversario de la desastrosa crecida del río Ebro acontecida en el 2015, Novillas volvió a ver con preocupación este año cómo subía el nivel del agua hasta los seis metros y cincuenta centímetros, anegando unas 700 hectáreas del término municipal. En esta ocasión, gracias a las defensas y las nuevas obras realizadas por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), el casco urbano del municipio no sufrió grandes afecciones. No obstante todavía faltan por colocar tapaderas en los tubos de desagüe de las acequias de riego.

Estas obras, que en parte van encaminadas a disminuir la presión del río sobre el pueblo, aunque no han satisfecho las exigencias de limpieza del cauce que reclamaron el ayuntamiento y los vecinos, sí han supuesto cierto alivio. No obstante, apunta su alcalde, José Ayesa, en el futuro serán necesarias labores de mantenimiento y, en su caso también, nuevas actuaciones, ya que de lo contrario permanecerán los riesgos de cualquier crecida del río.

Desde el ayuntamiento también se indica que, al disminuir el nivel del agua, se ha producido algún socavón o derrumbamiento en algunas zonas de las motas de defensa, afecciones que fueron revisadas por la CHE, que adoptará las medidas para solucionarlas.

En Novillas, la limpieza de varios ojos del puente y la construcción de nuevos taludes controlaron las aguas con efectividad. En todo caso, el alcalde reconoció algo de temor porque las barreras "necesitan tiempo para asentarse" y asume que en próximas avenidas, si ya han crecido matorrales en sus laderas, presentarán mayor poder de sujeción. Entre las mejoras efectivas del último año también se incluye un dique que rodea el parque del pueblo. El agua que se filtró a través de su base dejó una inundación de poco más de un metro en el recinto infantil.

Ayesa participó, junto con otros alcaldes de los pueblos afectados por las riadas, en la reunión con el consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad de la DGA, Joaquín Olona; el presidente de la CHE, Raimundo Lafuente; y la presidenta de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias, Carmen Sánchez, destinada a trazar una hoja de ruta que permita reaccionar coordinadamente ante futuras avenidas. Durante el encuentro, los afectados solicitaron la creación de brigadas para limpiar el Ebro o el cobro de los daños sufridos, entre otras peticiones.