La Navidad en Tosos se celebró, como es habitual, entre familiares y amigos. Así, la primera fecha de referencia volvió a congregar en Tosos a la mayor parte de las familias que descienden de la localidad y a donde regresan para celebrar la cena de Nochebuena y el día de Navidad. Pero antes de que cada uno se fuese a deleitar con los manjares que para esa noche se habían preparado en cada casa, por iniciativa popular casi un centenar de personas se reunieron en la plaza del peirón para brindar con champán y felicitarse así estas fiestas.

La celebración de la Nochevieja tampoco se podía pasar por alto en Tosos. Por octavo año consecutivo se celebró el cotillón en el pabellón con la cena preparada y servida por un catering, y las uvas tomadas a la manera tradicional: dando con el palo de la escoba a la puerta. Este año la situación económica se dejó sentir en la concurrencia a la cena en la que participaron unas 70 personas. Si bien, la gran mayoría que optó por cenar en sus casas o peñas acudió a la replaceta de la iglesia a tomar las uvas y a felicitar el año al resto de vecinos, celebración que se alargó hasta bien entrado el Año Nuevo.

El broche de oro para finalizar el periodo de festivo en Tosos, en que solo ha faltado ver nevar, lo puso la tarde de Reyes el gran Pepín Banzo que con su show contagió de felicidad y optimismo a todos los asistentes que se reservaban una sorpresa para el artista, pues ante la inesperada visita de un grupo de divertidos espontáneos televisivos todo el público se arrancó a cantar por su reciente cumpleaños.

Tras la genial actuación, un chocolate calentito hizo más amena la espera hasta la anhelada visita de los Reyes Magos que llegaron por el camino del pantano guiados por jóvenes de Herrera de los Navarros, Fabara y Tosos que se habían encontrado con ellos y los acompañaban para que no extraviasen los cientos de regalos que traían a los niños y niñas, pequeños y creciditos, de Tosos que aguardaban con impaciencia a oír su nombre.