No hubo sorpresas en el fallo del Tribunal Constitucional (TC) sobre la ley de consultas catalana y el decreto de convocatoria de la del 9-N realizada por la Generalitat . El TC declara inconstitucionales los dos artículos nucleares de la ley y la convocatoria que de ella se deriva. Argumentos previsibles, como la competencia exclusiva del Estado para convocar consultas-referéndums, han logrado de nuevo la unanimidad del tribunal, como ocurrió en marzo del año pasado en el fallo contra la declaración de soberanía del Parlament, de enero del 2013. El Constitucional es un órgano que no se sustrae a la pérdida de credibilidad de muchas instituciones del Estado, pero el hecho de que la sentencia esté suscrita por unanimidad indica que las distintas sensibilidades aprecian el litigio de forma similar. El Gobierno de Mas y los partidos que apoyaron el 9-N forzaron, a criterio del TC, los límites constitucionales, pero también es cierto que el de Rajoy hizo caso omiso a la vía de diálogo que le abrían los magistrados. No parece que las cosas vayan a ir por una senda nueva. Las aguas vuelven a agitarse.