El mismísimo FMI ya pone en duda la viabilidad del terrible acuerdo entre el Eurogrupo y Grecia, porque este país está abocado a endeudarse aún más, y si el débito era imposible de pagar antes de que Tsipras se viniese abajo (agotado y enfermo), pronto llegará al 200% del PIB heleno. Al final habrá que hacer quitas, sí o sí. Pero esa cuestión es ahora un asunto menor, ya que la economía propiamente dicha (es decir, concebida como un disciplina positiva) ha sido desbordada por las ficciones especulativas, la manipulación informativa y la negación de la democracia. La UE, el euro y todo lo que representaba la construcción de la Europa unida han quedado tan tocadas que los augurios para el medio plazo son cada vez más negativos.

El problema no solo radica en la absoluta hegemonía alemana (junto a otros países pequeños, como Holanda), sino en la ruptura de los equilibrios que permitieron acabar con las viejas rivalidades entre estados y poner en pie el eje francogermano. Hoy Francia está acojonada, y se dice que cedió en su tibio apoyo a Grecia a cambio de que no le obligasen a elevar el tono de su propio programa de reformas. El euro sale tocadísimo. La posibilidad de que los países muy endeudados (incluyendo a España, por supuesto) acaben teniendo un euro B o de baja velocidad no para de ganar peso.

En todo caso, los europoderosos han lanzado su advertencia: ningún país lastrado por una gran deuda podrá dotarse de un gobierno que no esté homologado: ha de ser conservador (la versión hard) o socialdemócrata oficial (la versión soft), pero del sistema. Solo así podrá seguir acumulando deuda, conseguir unos intereses aceptables, mantener la liquidez de sus bancos e ir tirando con un modelo social más parecido al norteamericano y al chino que al auténticamente europeo. Ahí está España. Rajoy y Guindos se destacaron en la Santa Alianza contra Grecia porque para ellos Syriza es Podemos. Pese a todo, han perdido peso en las instituciones que controlan la UE y el euro. Pero podrán jugar un poquito más con el déficit y los préstamos para adornarse antes de las próximas elecciones. Luego... ya veremos.