La divina profesión de la creación con la que muchas personas han sido tocadas, por suerte o por desgracia, para ejercerla, una vez llegada a la jubilación, no pueden compatibilizar el cobro de la pensión por la que han cotizado con la actividad creadora cuando esta tiene una remuneración que sobrepasa el salario mínimo interprofesional, debido a la ley aprobada en el 2013. Músicos, escritores, artistas visuales, construyen su obras que son consumidas por la sociedad y, aunque ellos desaparezcan, este beneficio permanece. Por lo que si en esa etapa profesional, el creador percibe retribuciones a través de premios, ventas, conferencias, etc., debería poder cobrar lo que se le asigna, pagar su IRPF y ser compatible con la pensión. Para conseguir esta reivindicación se está consolidando la plataforma: Seguir creando, compuesta por diversas organizaciones que pretenden homogeneizar la legislación con la de otros países de la UE. Un creador no puede permitirse renunciar a tener su pensión por un supuesto beneficio que podría percibir por crear una obra, ya que es una de las profesiones más inestables. Por otro lado, se está desperdiciando un sector de gran valor profesional por su experiencia laboral, y me refiero a todos los que han entrado en la jubilación de todas las profesiones, pudiendo aportar a la sociedad grandes ventajas: impuestos, servicios, son los grandes olvidados. Algo que no ocurre con los expolíticos que aún guardan dobles sueldos camuflados en conceptos de revolving door (puerta giratoria), primas y dietas. Cómo es posible que tengan moral para poner leyes que son del todo injustas y restrictivas en perjuicio de los ciudadanos, no tiene ningún sentido. Esto tiene que cambiar.

Pintora y profesora de C.F.