Está el patio tan, tan alterado, que las radios echan humo. Pepa Fernández (RNE) propone debatir sobre la "austeridad" y acaba derivando hacia la amnistía fiscal. Hoy en una tertulia comienzas a hablar de la educación de animales domésticos y acabas mentando a Rajoy. Está todo muy crispado. Por ejemplo, escucho esto: "La amnistía fiscal es impresentable. Es tan injusto, tan antisocial y es tal barbaridad que estamos en contra". Como no oigo bien quien lo dice, quiero suponer que pertenece a Rubalcaba desde Zaragoza. O quizá algún sindicalista. O mejor, algún líder de IU. Sorpresa: ¡lo dijo Cospedal! Hace dos años, pero lo dijo. O sea, nos la han metido doblada y esperan que aplaudamos. ¡Los que pagamos religiosamente nuestros impuestos? ¡Sí, con IVA!

Seamos cautos. Seamos sensatos. Nos jugamos el futuro de este país. Seamos lógicos y razonables. Es tan grave esto que hay que aparcar las filias y fobias y remar todos hacia un horizonte posible. Sin que nadie caiga de la barca, sin que nadie se ahogue por falta de salvavidas. Este modelo no puede basarse en la ley de la selva. Eso supondría un gran fracaso colectivo. Tenemos una certidumbre: el gobierno del PP es incapaz por sí solo de encontrar una solución, de contagiar de entusiasmo a la ciudadanía. Es urgente que solicite colaboración a todas las fuerzas políticas del Parlamento. ¿Un gobierno de coalición? Llámalo como quieras. El momento es excepcional y requiere soluciones originales. Todo menos ver como este país se va hundiendo mientras aplauden los empresarios. Que también se hundirán.