En un año tan intenso en lo electoral, los sondeos se han multiplicado. Si bien las interpretaciones sobre intención o estimación de voto ofrecen datos y porcentajes diferentes y poco concluyentes, la novedad es que tres formaciones pueden ganar y que algunos viejos clichés, esta vez, no servirán.

El bipartidismo contaba hasta ahora con un voto incondicional, resistente como el acero, y con otro más forofo en contra del adversario/enemigo. Todo quedaba en casa. El voto útil tenía un sentido concreto; y el de castigo, propio del grupo de los indecisos, determinaba cada vez quién debía gobernar. En el actual panorama, el voto no pierde solemnidad pero se hace menos rígido; quizá porque busca (necesita) soluciones. Incluso la abstención parece haber cambiado de polo ideológico.

Del vientre de la crisis han nacido organizaciones que experimentan con la participación y auguran actitudes y sacos de votos nuevos. Muchos tendrán marchamo de impredecibles o coyunturales, algunos estarán cargados de morbo, otros de rabia, incluso de revolución, pero no por eso serán menos legítimos. Eso sí, los guardianes de la caspa ya han sacado los cañones para disparar contra lo que tachan de votos emocionales o irreflexivos, e incluso peligrosos para el sistema. Su sistema.

Mientras, el Gobierno elude la política y se ampara en una macroeconomía que no toca el suelo real al tiempo que en su reciente visita a España, Thomas Piketty ha insistido en que el factor clave es la "desigualdad" (en lo que este país es campeón) y que no se puede aislar lo económico de lo político, lo sociológico o lo cultural.

El escenario se completa con más manotazos de esa democracia autoritaria que impulsa un Código Penal endurecido injustificadamente contra las manifestaciones y protestas ciudadanas. Y, como guinda, la ética ensuciada de aquellos --el primero, Rajoy-- que se muestran ajenos a un Bárcenas a quien tanto defendieron por ejemplar y que ya está libre. "¿Qué es la justicia?", pregunta Chick en La espuma de los días de Boris Vian, brillante inventor de mundos que no necesitan explicación. "Nunca he oído hablar de eso", responde su jefe. Pues eso. Periodista