Javi Ros es uno de los seis jugadores apercibidos de suspensión en el Zaragoza --también están Rico, Diamanka, Erik Morán, Hinestroza y Abraham--, pero el centrocampista navarro tiene muy claro que estar al borde de la suspensión, de que una amarilla ante el Nástic le suponga perderse el siguiente partido en Huesca, no le va a condicionar. "No pienso en que estoy apercibido, los partidos se dan como se dan y no me voy a ahorrar una patada por estarlo. Si tengo que hacer una falta o dar una patada lo haré y, si me pierdo el siguiente partido, saldrá un compañero que lo hará igual de bien", aseguró el jugador, indiscutible para Carreras, que cree que el Zaragoza no debe escudarse en las bajas. "No hay excusa que valga en ese aspecto, la plantilla está preparada", sentenció.

Admitió Ros que el empate en Soria fue un varapalo, un golpe "duro, pero al equipo lo veo bien, con ganas. Somos conscientes de los que nos jugamos. Esa rabia de lo sucedido puede ser una motivación positiva", aseguró, para después admitir que el partido ante el Nástic es una final donde al Zaragoza no le está permitido fallar: "Hay que ganar sí o sí para aspirar al ascenso directo, que es por lo que peleamos y queremos. Tenemos que afrontar el partido como una final", dijo, para admitir después que es "complicado" hacer un pleno de 12 puntos en los cuatro partidos que quedan.

Por último, Ros no quiso fijarse en los árbitros, que "es verdad que fuera de casa sus decisiones nos han condicionado, pero intentan hacerlo lo mejor posible y son profesionales".