En torno a 500 centros educativos públicos han clausurado sus comedores escolares en España desde el inicio de la crisis, como consecuencia de la implantación de la jornada intensiva en muchos institutos de secundaria, del descenso de la demanda y de la escasez de becas para que los estudiantes desfavorecidos puedan seguir utilizando el servicio. Lo dice un informe presentado ayer por el sindicato CCOO, que analiza los efectos de los recortes sobre la escuela inclusiva y la calidad educativa.

La organización calcula que de los 9.313 centros públicos que en el curso 2009-2010 tenían comedor, se había pasado a 8.835 en el 2012-2013, el último curso del que se tienen datos oficiales. Eso significa que hay 478 centros menos, es decir, el 5,1%, subrayó Paco García Cruz, secretario de Enseñanza Pública no Universitaria en CCOO. En cambio, prosigue el estudio, «de los 5.899 centros privados que hace cuatro prestaban el servicio se ha pasado a 5.916, 17 centros más, el 0,3% más.