Si finalmente Chicago gana la carrera para hacerse con los Juegos Olímpicos del 2016, tendrá una nueva joya arquitectónica de la que presumir en su skyline junto a la Torre Sears. El Ayuntamiento de la ciudad dio el miércoles el visto bueno a la construcción de la Chicago Spire, una torre de 610 metros de altura diseñada por el arquitecto español Santiago Calatrava que contará con 1.200 apartamentos en sus 115 plantas y que empezará a levantarse este mismo mes. Su altura hará de la Aguja de Chicago --eso es lo que significa su nombre en inglés-- el edificio más alto de América, superando los 442 metros de la Torre Sears y los 541 metros de la denominada Torre de la Libertad, el rascacielos que se construirá en la zona que ocupaban las Torres Gemelas de Nueva York.

No será el de Calatrava el edificio más alto del mundo porque en Dubai se está construyendo la Torre Burj, que alcanzará los 700 metros de altura, pero sí será uno de los más modernos. Su diseño --en forma de aguja en espiral que se enrolla en sí misma para elevarse hacia el cielo-- y las dificultades que supone construirlo a la orilla de un lago añaden valor a una obra cuyo diseño tiene la impronta del estilo de Calatrava. "El Chicago Spire amplía la visión artística de Calatrava para construir una experiencia residencial moderna y tecnológicamente avanzada", reza la nota hecha pública por Shelbourne Development Group, la constructora del proyecto.

AMIGO DEL MEDIOAMBIENTE A los 1.200 apartamentos hay que añadirles una recepción de cristales transparentes de cuatro pisos, un garaje de seis niveles con capacidad para 1.350 coches y un parque ajardinado de unos 4.000 metros cuadrados.

El edificio será, además, respetuoso con el medioambiente, ya que sus cristales serán especiales para proteger a las aves migratorias, se utilizará el agua del río Chicago para el aire acondicionado y se almacenará el agua de la lluvia para regar los jardines. El resultado será una gran urbanización vertical de lujo en el centro de la ciudad, con unos precios que, aunque son desconocidos, hacen que la prensa de Chicago se pregunte quién podrá permitírselo.

Y es que los especialistas en el mercado inmobiliario de la ciudad estiman que el metro cuadrado rondará los 11.000 dólares (más de 8.000 euros), un precio más propio de ciudades como Nueva York que de Chicago. Las cifras --siempre orientativas-- de lo que costará la construcción también marean. Valga como botón de muestra que los agentes inmobiliarios de Chicago cifran su valor, una vez esté construido en el 2010, entre 1.500 y 2.000 millones de dólares (entre 1.100 y y 1.500 millones de euros).

MODIFICACIONES Para lograr la aprobación final del proyecto, Shelbourne Development Group y Calatrava han tenido que aceptar modificaciones del diseño original que, por ejemplo, preveía una antena de comunicaciones para coronar el rascacielos que la Chicago Spire real finalmente no tendrá. Además, la constructora invertirá nueve millones de dólares para hacer un parque en una zona cercana que usará como área de almacenamiento durante la construcción, un proyecto que la ciudad tenía parado desde hace 20 años por falta de financiación.